Arriba, Nayar Crespo, en Santianes de Tornín (Parres), buscando cobertura de internet fuera de su casa. XUAN CUETO/ IMANOL RIMADA / E. C.

La Universidad supera sus primeros exámenes 'online' entre quejas por los fallos del sistema

Según la institución, solo se produjeron incidencias en diez de las 259 pruebas convocadas, todas en la nueva plataforma habilitada

Olga Esteban

Gijón

Jueves, 14 de mayo 2020, 01:24

La Universidad de Oviedo había anunciado el refuerzo de sus sistemas informáticos. Más nodos en el Campus Virtual, nuevo hardware y la puesta en marcha de un nuevo Campus Virtual en la nube, exclusivamente diseñado para los exámenes 'online'. Pues bien, precisamente ... fue esa plataforma la que ayer dio problemas. Los únicos problemas, de hecho, que se registraron durante la jornada, en la que se celebraron 259 exámenes, con 6.689 estudiantes convocados. Del total, 58 pruebas y 2.459 alumnos estaban citados en ese campus novedoso, que finalmente no soportó las conexiones. Por contra, ni el campus original ni Teams tuvieron problemas. En una nota, la Universidad aseguró a última hora de la mañana que «los incidentes quedaron resueltos y los exámenes han seguido discurriendo sin dificultad», aunque algunos estudiantes afectados comentaron a EL COMERCIO, ya por la tarde, que seguían esperando una solución.

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Fueron la cruz de una jornada sin duda histórica, en la que la mayoría de alumnos y profesores acabaron satisfechos y con un peso menos encima. Como Javier Fernández, 19 años, estudiante de segundo de Ingeniería Informátiva en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, la EPI. Su aula de exámenes fue ayer su casa, en Mieres, desde donde hizo sin problemas el examen de Comunicación Persona-Máquina a través de la plataforma Teams de Microsoft. Javier admitía varias 'ventajas'. Primero, ser alumnos de Informática, lo que supone que muchas de sus pruebas ya se realizan en el ordenador. Además, habían hecho alguna prueba similar «cuando aún teníamos clase». Por último, los docentes organizaron a los alumnos en tres grupos y cada uno contaba con un proferor para resolver las dudas. En cualquier caso, ayer superó las dos horas de examen sin problema. Preparado para las tres pruebas que le quedan.

Tamara Schnider, en Gijón.

También fue buena la jornada de Nayar Crespo, estudiante de segundo de Filosofía, confinado en Santianes de Tornín, en Parres. En su caso, a los nervios habituales del primer examen telemático de la carrera se sumó la preocupación por el funcionamiento de internet en la zona rural. El joven de 21 años pasa el confinamiento en el pueblo de Santianes de Tornín, en Parres, y la primer reacción tras conocer que los exámenes serían este curso a distancia fue de incertidumbre. «¿Quién me asegura que no se cuelga internet?», lamentaba. En el examen de ayer, de Filosofía Moral Contemporánea, la tecnología respondió. «Fue un examen breve y por escrito, te dan unas horas para responder, pero en cuanto me llegó lo hice. Me lo tomé como un ensayo y entonces no estaba tan nervioso», explicaba. En su caso, no fue necesario activar la cámara para demostrar que no recurrió a trampas. «La mayoría de profesores no nos piden grabación, pero algunos nos examinan oralmente para que no copiemos y otros hacen test con temporizador». Las distintas modalidades de prueba y los ajustados márgenes con los que reciben indicaciones son para Crespo una de las principales dificultades a las que se está enfrentando. «Es complejo estudiar por tu cuenta y el formato del examen no lo sabemos hasta unos días antes, no es lo mismo prepararse para un ensayo que tener al profesor delante por videollamada», indica el parragués, que tiene aún siete pruebas por delante.

En la cara de la moneda, también Beatriz Vázquez, profesora de Derecho, que ayer examinó de Derecho Internacional, en una prueba oral, a alumnos de primero. Todo salió bien, decía aliviada. Además, incluso habían tenido en cuenta qué alumnos tenían hoy otro examen, para que fueran los primeros en ser llamados. Habían previsto que la jornada podría alargarse hasta por la tarde, pero finalmente no fue necesario. A las dos, todos estaban examinados. «Estoy muy contenta. La actitud de los alumnos, fenomenal. La mayoría ya había aprobado el parcial y solo tenía que examinarse de la segunda parte». Al tratarse de un examen oral, Vázquez grabó las intervenciones de los alumnos e inmediatamente después comprobó que las grabaciones estuvieran correctamente archivadas, «por si hacen falta, en caso de que haya reclamaciones».

Martín Bedia, en Cayés (Llanera)

Una de las primeras en comprobar cómo era la nueva etapa de evaluación fue Ana Sampedro, estudiante de segundo de Psicología. Desde su casa, en Villaviciosa, comenzó a las nueve d ela mañana el examen, tipo test, de Evaluación y Diagnóstico. Ella no tuvo ningún problema, pero «sé que a algunos compañeros le cayó la red. En tres minutos lo tenían solucionado». Se sabía afortunada porque conocía «los problemas que han tenido algunos amigos que estudian Derecho». Ana tiene hoy otro examen y, en este caso, el profesor ha advertido que quizás les pida encender las cámaras web para comprobar que está todo en orden y evitar los posibles fraudes.

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Y, efectivamente, una asignatura de Derecho se llevó la peor parte. Borja Ruisánchez, miembro de la delegación de alumnos de la facultad, explicaba por la tarde que había compañeros a la espera de saber cuál será la solución, después de haber sido 'expulsados' por la plataforma. El tema está ahora en manos del departamento de Informática. Borja no tiene examen hasta el día 25 y «cruzo los dedos, porque el lunes hicimos un simulacro y salió fatal. Lo venimos avisando hace días».

El propio decano, Javier Fernández Teruelo, admitía un «problema puntual en una asignatura, derivado, según nos dicen, de un fallo del campus virtual de la Universidad. Aunque en ese ámbito nosotros no tenemos competencias, estamos pendientes y en permanente contacto para ver si lo pueden arreglar, a fin de que ese examen pueda finalizar también con éxito como todos los demás».

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Javier Fernández, en Mieres.

Elena de la Concha no había tenido ningún problema en su examen de Derecho Internacional. Lo peor, la espera, ya que estaba citada a las 9 de la mañana y no intervino hasta las 13 horas. Su videollamada fue a través de la plataforma TEAMS y todo salió perfecto, aunque al finalizar su prueba ya le habían llegado los comentarios sobre que «el Campus Virtual ha tenido muchos fallos».

De «lamentable» calificó su experiencia Tamara Schnider Pérez, estudiante de Marketing y Comercio, con su examen de Macroeconomía. «Ha sido fatal, nefasto», insistía. Para empezar, se trata «de una de las asignaturas más difíciles de la carrera y las preguntas han sido complicada» pero es que, además, «hubo muchos problemas técnicos. Todavía están pensando si se repetirá o cómo hacerlo», decía a primera hora de la tarde. Tamara lamentaba que «muchos profesores, más que preocuparse de que aprendiéramos los conceptos básicos se han centrado en hacer un examen sí o sí. Sin ninguna empatía». Pero no todo en su día fue malo. De hecho, había empezado bien, a las 9 de la mañana, con el examen de Política de marca y producto. A los diez minutos de acabar la prueba ya sabía que había sacado un 8. No olvidó mencionar a la profesora, Begoña Álvarez, «que se portó fenomenal. Ya habíamos hecho un simulacro hace una semana y nos habíamos familiarizado con el sistema».

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Elena de la Concha, en Gijón

Tampoco fue positiva la experiencia de la avilesina Sara González, estudiante de Administración y Dirección de Empresas, que tuvo un simulacro de Econometría. «Teníamos un test de prueba antes de hacer el examen definitivo. Probamos a través de la plataforma TEAMS con cámara y micrófono. En mi grupo éramos 100 personas y había otros dos grupos de estudiantes conectados. Al estar todos conectados al micrófono había un ruido horroroso, como para concentrarse. Cuando pudimos entrar en el Campus Virtual para hacer el simulacro del test se cayó y tuvimos que esperar a reconectar. Después, entre pregunta y pregunta, tardaba mucho y había gente que se quedaba sin tiempo para contestar, a otros ni si quiera les debaja entrar. Fue muy caótico y nada productivo».

Lo de ayer, en su caso, era un simulacro, pero dado el resultado no puede evitar el temor para el día en que el examen sea real. «Tras este resultado malo del test nos dicen que haremos una segunda prueba el viernes. En mi caso tengo dos exámenes en mayo, uno de ellos de recuperación, y luego cinco que nos han dicho que serán presenciales pero que están sin fechar, no sé cuándo los tendré».

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Sara lamenta también la falta de información respecto al protocolo del examen. «Solo nos han dicho que conectados con cámara y micrófono y que antes de empezar tendremos que enseñar el DNI a la cámara. Luego ya solo conectarse y hacer el examen».

Por su parte, Martín Bedia García, residente de Cayés (Llanera) y alumno de cuarto curso del doble grado de Derecho y Administración de Empresas, tuvo que repetir ayer su examen de Derecho Civil III por un fallo en el sistema informático. El pasado lunes había realizado un pequeño simulacro para comprobar el funcionamiento del programa. Sin embargo, tras enviar ayer las respuestas finales del ejercicio, su profesor les comunicó que no las estaba recibiendo en su ordenador y que, minutos más tarde, tenían que repetir la prueba. En relación a la dificultad, García aseguró que aumentó considerablemente: «Es cierto que contábamos con los manuales para apoyarnos, pero, aun así, había preguntas que ni con eso». Para hoy tenía programado el examen de Finanzas Empresariales, pero le comunicaron su aplazamiento. «Nos dijeron que preferían no hacerlo 'online'», asegura.

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Arturo Batalla, que se examinó desde su domicilio en Llanes de una asignatura para la Universidad de Cantabria.

Alumna del mismo grado es Laura Rodríguez, de 22 años, que vive en Valdepares (El Franco). Laura estuvo toda la mañana frente al ordenador esperando su examen de Derecho Internacional Público. Una prueba oral que ya estaba así estipulada antes de la suspesión de las clases, solo han cambiado el aula por una pantalla. El profesorado había convocado a los 80 alumnos a las nueve de la mañana para pasar lista. Cada uno tenía asignado un turno aproximado, aunque los retrasos fueron evidentes, de más de tres horas en su caso. «No es de recibo tener a la gente esperando con este estrés, estamos agotados mentalmente», sentencia la franquina. Ese «tiempo perdido», reprocha, lo podía haber empleado para estudiar. Una vez pasado el mal trago y con su aprobado bajo el brazo, reconoce que la mayoría de asignaturas están bien organizas, en otras «no lo tenían claro, hubo mucho caos». Un caos que todavía genera incertidumbre de cara a la próxima semana, donde ni los días de las pruebas terminan de estar fijados, asegura.

Hubo incidencias en Derecho y también en Enfermía. Los sufrió la ovetense Lucía Sierra.

Problemas con la conexión a internet motivaron la repetición del examen de Anatomía por parte de los alumnos de Primero de Enfermería que se examinaron ayer desde sus domicilios. Los problemas técnicos también afectaron al desarrollo de la prueba que, en vez de acabar en el turno de la mañana, se tuvo que dividir en dos partes y concluir por la tarde.

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Lucía Sierra fue una de «las pioneras» como se calificó en estrenarse en esto de los exámenes virtuales. A las nueve de la mañana estaba ya preparada para comenzar la prueba. Con 18 años cursa primero de Enfermería en la facultad de Ciencias de la Salud del campus de El Cristo. «El examen fue fácil, igual que si lo hubiéramos hecho presencialmente. Se ajustó a los contenidos dados en el aula porque tuvimos la suerte de que esta asignatura, Anatomía, la pudimos finalizar completamente antes de que comenzara la cuarentena», explicó.

Fueron los problemas con la conexión a internet lo que «entorpecieron» parte del desarrollo de la prueba. «La conexión iba bien. Al principio tardaba un poco pero contábamos con ello. El problema surgió a mitad del examen, cuando a parte de los alumnos les comenzó a fallar y no les dejaban pasar de pregunta. Estuvieron como media hora parados, sin poder hacer nada», explicaba. «La solución que dieron a los alumnos que no pudieron acabar el examen fue repetirlo. La profesora colgó el cuestionario en la web del campus para que pudieran acabarlo».

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No fue el único contratiempo. La prueba estaba prevista en horario de mañana, pero los problemas técnicos retrasaron su realización por lo que los alumnos fueron emplazados a continuar con la segunda parte del examen a las siete de la tarde. «Yo entiendo la situación y perdono estos fallos técnicos, pero tampoco me parece bien que desde la Universidad se diga que todo va bien cuando luego pasan cosas como esta», lamentó Lucía Sierra.

Mientras tanto, el llanisco Arturo Batalla se estrenaba desde su casa en la experiencia de la evaluación no presencial. Pero lo hacía, en su caso, en la Universidad de Cantabria, donde cursa primero de Fisioterapia. Ayer se enfrentó ayer a una prueba oral por videoconferencia. «Estaba muy nervioso mientras esperaba a que el profesor llamase, pero luego ya se me quitó y me salió bien», cuenta. La prueba a distancia suple un examen que debiera haberse desarrollado de forma práctica. «Al no ser en clase no se puede hacer con el paciente, en realidad aprendemos menos», considera. Le resta ahora «todo el mes de junio» de exámenes a distancia, «algunos orales y otros tipo test». Por suerte, en su caso, «internet casi siempre va bien».

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Empresariales y la EPI cancelan los exámenes presenciales

Son los primeros centros en comunicar a sus alumnos que no será posible mantener las pruebas de junio

Cuando llegó el momento de comprobar el calendario de exámenes del segundo semestre, con las clases presenciales interrumpidas, la Universidad de Oviedo dio la oportunidad a sus centros de mantener pruebas presenciales. Siempre que las autoridades sanitarias entendieran que se podían llevar a cabo.

De esa forma, se acordó que entre el 13 de mayo y el 2 de junio se celebraran los exámenes 'online', los que arrancaron ayer, en convocatoria ordinaria, respetando las fechas del calendario inicial. La convocatoria extraordinaria será del 15 de junio al 3 de julio. Esta fases afectan a aquellas materias cuyos docentes ya habían decidido que harán evaluación telemática. En total, asi 3.000 pruebas previstas en esta modalidad.

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Para el resto, para los que han optado por esperar a exámenes presenciales, se ha aprobado un calendario ampliado. La convocatoria ordinaria para esas pruebas irá del 3 de junio al 3 de julio. Y la extraordinaria, del 6 al 27 de julio. En ambos periodos, cada centro o escuela puede establecer un plazo de tres semanas de exámenes y fijar las fechas de cada prueba dentro de esas tres semanas. Con una cuestión importante a tener en cuenta: 20 días antes de que arranque el periodo de exámenes, el centro debe comunicar a los estudiantes si la prueba será finalmente presencial o, en caso contrario, debe ser también «online». Los centros universitarios deben aprobar el calendario ampliado antes del 15 de mayo.

Pues bien, centros como Economía y Empresa y la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, la EPI, habían previsto que las pruebas presenciales arrancaran el primer día posible, el 3 de junio. Los 20 días de margen para comunicar a los alumnos la situación finalizan hoy. Y la cuestión ya está clara: no se puede garantizar que para entonces se puedan celebrar exámenes presenciales, por los que se convierten en pruebas 'online'. El rectorado consultó a Delegación del Gobierno, que confirmó que, a día de hoy, eso se no se puede garantizar.

En los próximos días se irá conociendo la decisión del resto de centros. Todo hace prever que en el mes de junio no haya finalizmente ninguna prueba presencial en la Universidad de Oviedo. Quedará pendiente la convocatoria extraordinaria, fijada para julio.

ESTA INFORMACIÓN HA SIDO ELABORADA POR ANDREA ARRUÑADA, GLORIA POMARADA, JUAN VEGA, CECILIA PÉREZ Y SHEYLA GONZÁLEZ

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