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EFE
Oviedo
Viernes, 15 de junio 2018, 14:33
Once investigadores de la Universidad de Oviedo participarán en el proyecto del CERN, concretamente en la nueva fase de trabajo que permitirá incrementar la capacidad del Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el acelerador de partículas con mayor potencia del mundo. Este viernes se ha celebrado ... una ceremonia en el CERN, en Suiza, que marca el inicio del trabajo de ingeniería civil para el LHC, cuyo objetivo es incrementar el número de colisiones en los grandes experimentos, para mejorar su rendimiento a partir de 2026 y aumentar la probabilidad de descubrir nuevos fenómenos de la Física.
La Universidad de Oviedo contribuye a la mejora de uno de los cuatro detectores del acelerador de partículas que se encargan de las colisiones para que puedan ser analizadas, concretamente del detector más pesado, con casi 14.000 toneladas.
Tras estudiar la longevidad de las cámaras en pruebas de irradiación y asegurar su correcto funcionamiento a lo largo del LHC, estos grupos españoles desarrollan novedosos sistemas electrónicos digitales de alto rendimiento para las cámaras de muones centrales.
La institución académica asturiana está representada en el proyecto por los miembros del Grupo de Física Experimental de Altas Energías: Javier Cuevas, Isidro González, Javier Fernández, Santiago Folgueras, Bárbara Álvarez, Carlos Erice, Juan Rodrigo González, Enrique Palencia, Pietro Vischia, Sergio Sánchez y Víctor Rodríguez.
Isidro González coordina el grupo de longevidad de las cámaras de muones, que resulta fundamental porque la radiación a la que se verán sometidas dichas cámaras va a deteriorar sus prestaciones, por lo que es necesario caracterizar cómo ser esa pérdida de eficacia y encontrar estrategias para trabajar con ellas en las condiciones de alta radiación.
El proyecto del LHC de Alta Luminosidad es un esfuerzo internacional que implica a 29 instituciones de 13 países, incluida España con el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas, que comenzó en 2011 y que fue incluido entre las prioridades de la Estrategia Europea de Física de Partículas.
Tras el éxito de la fase de pruebas, se construirán e instalarán elementos nuevos en el LHC en los próximos años, reemplazándose completamente más de un kilómetro del actual acelerador, con nuevos componentes como imanes, colimadores y cavidades de radiofrecuencia.
Principalmente, se realizarán grandes obras de ingeniería en dos localizaciones del LHC en Suiza y Francia, que incluyen la construcción de nuevos edificios, cavernas y galerías subterráneas.
Los túneles y salas albergarán nuevo equipamiento criogénico, el suministro de energía eléctrica y varias plantas de electricidad, refrigeración y ventilación.
El LHC continuará funcionando durante estos trabajos con periodos de largas paradas técnicas que, además de realizar actividades de mantenimiento habituales, servirán para preparar el acelerador y sus experimentos para la alta luminosidad.
Tras completar esta mejora, se espera que comience a producir datos en modo alta luminosidad a partir de 2026.
De este modo, alcanzar las fronteras de la tecnología de aceleradores y detectores también facilitará el camino para futuros aceleradores de mayor energía.
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