«Hay que aprender a gastar mejor»

Empezando por la cuestión económica, su máxima es «aprender a gastar mejor» el presupuesto de la institución académica, en su mayoría procedente de las cuentas del Gobierno regional. «La Universidad tiene que ser sostenible y ejemplar en su sostén» y esa sostenibilidad, añade Villaverde, «no puede pasar por exigir permanentemente a la sociedad asturiana, y menos en este momento». Por ello, el paso que considera urgente e ineludible es el de contar con un nuevo modelo de gestión que se base en la contabilidad analítica -«si no sabemos lo que costamos, no sabemos lo que valemos»- y una asignación de los recursos más eficiente, mejorando también la financiación de centros, departamentos e institutos de investigación, que «son el motor de la institución».

Para el candidato al rectorado tan importante como ser sostenible económicamente lo es serlo «en lo personal». Por eso se compromete a favorecer al personal docente e investigador con «carreras académicas y profesionales creíbles, sin trampas ni raíces cúbicas y con horizontes temporales racionales» y a convertir al estudiantado en «una parte esencial del sistema». A este sector de la comunidad educativa, el del alumnado, dirige otro compromiso. El de que la Universidad de Oviedo «nunca dejará a nadie atrás y hará un esfuerzo ímprobo para que todo el que quiera, pueda estudiar» en ella.

Insiste, en esta línea, en que la asturiana debe ser «más universidad pública» y principal instrumento para la redistribución de la riqueza social, humana y también económica.

Destierra Villaverde debates «inútiles» sobre la presencialidad o la formación 'online'. Apuesta claramente por la primera, pero reconoce que «tenemos que estar preparados para los retos de ese futuro que esta terrible pandemia ha acelerado». En los próximos años, el gran reto de la Universidad será «la transformación digital».