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En el último año, la Universidad ha activado el protocolo contra el acoso en ocho ocasiones. Así lo indicó ayer el vicerrector de Gestión Académica, José Miguel Arias, en la presentacion de la red del movimiento Me Too Universidad. El protocolo actúa contra diversos ... casos de acoso: moral, sexual, por razón de sexo, discapacidad, orientación sexual e identidad de género. Y por razón sexual o razón de género los ha habido. Según especificó Arias -por lo que le había trasladado la directora general de Igualdad, Paz Menéndez Sebastián, que no pudo acudir-, «todos esos casos se han resuelto en la fase de mediación, de forma muy satisfactoria para las víctimas, con medidas específicas para su protección». Además de estas actuaciones, se atendió a dos por violencia de género y violencia vicaria (atacar a los hijos) en la tramitación de sus necesidades especiales, haciendo las gestiones oportunas ante los negociados competentes.
El protocolo fue aprobado en 2018 y estaba previsto actualizarlo en marzo de 2022. «Pero lo hemos congelado para, precisamente, hacer nuevas incorporaciones relativas a la Ley Integral para la Igualdad de Trato y No Discriminación del 12 de julio, que incorpora una serie de definiciones interesantes que han de tenerse en cuenta. Probablemente seamos la primera universidad española en aprobar un protocolo adaptado a esta realidad», añadió el vicerrector, quien anunció que la aprobación de dicha actualización será en breve.
No será la única medida. También se va a adaptar la guía de consulta sobre los derechos laborales y de seguridad social de las víctimas de violencia de género. El motivo, casi idéntico: adaptarla a la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual. La tercera actuación inminente será la convocatoria de unos premios a los mejores trabajos fin de máster y mejores tesis doctorales en materia de género y violencia sexual, para «contribuir al conocimiento científico y académico sobre esta realidad».
Son datos que ofreció en la presentación de la red del movimiento Me Too Universidad, a cargo de Ana Vidu, quien en 2011 se atrevió a romper su silencio y denunciar a un profesor de la Universidad de Barcelona. Al iniciar la carrera, ella y varios compañeros más recibían 'mails' «con fotos de él desnudo, mensajes como 'eres muy sensual, te mueves de forma muy erótica', 'tengo la mano en el bolsillo del pantalón mientras pienso en ti'». «No sabes qué hacer. Se lo dije a una profesora y me dijo que pasara. Hay una ley del silencio que los encubre y se ataca a las víctimas. Los acosadores son pocos, pero repetitivos y hacen mucho daño». En 2011 recibió un nuevo 'mail', ya en el máster, y se decidió a actuar. Al llegar a Fiscalía, el caso «se había dejado prescribir», pero se vieron indicios de delito y ayudó a sacarlo a la luz. A raíz de ese informe, en 2012 se creó la red solidaria de víctimas, donde se sienten escuchadas y se ofrece protección a los testigos.
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