Agustín Hidalgo, rodeado de libros, en su despacho. juan llaca

La Universidad llora a Agustín Hidalgo, «un fuera de serie» que impulsó el Instituto de Oncología

Vinculado a la institución académica desde 1977, sufrió un infarto en La Rioja. Sus compañeros destacan su perfil de «científico humanista»

e. rodríguez

Viernes, 2 de septiembre 2022, 21:51

«Huérfanos». Así se sienten profesores y alumnos de la Universidad de Oviedo tras el fallecimiento de Agustín Hidalgo, catedrático de Farmacología e impulsor junto con Carlos López Otín del Instituto de Oncología del Principado (IUOPA). Su corazón, trasplantado hacía veintidós años, se apagó definitivamente ... tras sufrir un infarto mientras paseaba por Haro, donde su mujer, la profesora titular de Farmacología Begoña Cantabrana, tiene raíces familiares.

Publicidad

Se va a los 69 años un «fuera de serie» en palabras de la exdirectora del IUOPA Aurora Astudillo, quien ayer despedía en la localidad riojana a un médico del que todos destacan su «singular perfil, pues estaba muy ligado a la filosofía de la ciencia y tenía una visión muy humanística».

Nacido en Extremadura, Hidalgo se licenció y doctoró en Medicina y Cirugía en la Complutense de Madrid y recaló en la institución académica asturiana en 1977, a donde llegó de profesor adjunto para trabajar junto con el catedrático Fernando de Andrés Rodríguez-Trelles, al que tiempo después, con la marcha de éste y tras haber logrado la plaza de catedrático, sustituyó. De su mano, el departamento de Medicina (del que llegó a ser director) fue creciendo, pero su labor fue más allá de la docente e investigadora. «Su trayectoria siempre estuvo muy ligada a cuestiones formativas», recordaba ayer Carlos Suárez, catedrático emérito, ex director del Instituto de Investigación Sanitaria (ISPA) y amigo personal de Hidalgo. Fue artífice del plan de estudios vigente en la Facultad de Medicina; como miembro de la ANECA (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación) evaluó a otras facultades de Medicina del país y fue director del plan de doctorado del IUOPA y también del ISPA, en el que jugó «un papel señero» para que el instituto recibiera la acreditación del Carlos III. Siendo los suyos logros muy significativos, tenía, en cambio, «una modestia innata y era muy reservado».

En 1999 creó junto con Carlos López Otín el IUOPA. Arrancó un año después con la idea de «juntar a investigadores básicos y clínicos, y atraer cuantos más clínicos fuera posible, pues entonces estaban bastante alejados de lo que era la investigación contra el cáncer. Se captaron grupos, entre ellos el mío, y fue progresando muchísimo por la financiación (primero privada y después pública) para la contratación de personal. Especialmente técnico», explica Suárez, director del IUOPA entre 2001 y 2012.

«Inteligente», con una «fina ironía» y un «humor negro a lo Buster Keaton», su pérdida deja a Suárez «muy consternado». «Su ejemplo tiene que motivar a los que vienen detrás para tratar de seguir su trayectoria y legado».

Publicidad

También Aurora Astudillo, en su regreso de Haro, resaltaba del que fue su profesor en la facultad que «no habrá otro como él». «A lo largo de los doce años en los que ocupé distintos cargos de responsabilidad en el IUOPA, vi una capacidad intelectual fuera de lo común, una formación muy sólida en ética de la ciencia y cómo sopesaba todo muy bien, con criterio. Lo que nos enseñó quedará presente en nosotros».

El catedrático de Inmunología y jefe de la sección de Inmunología en el HUCA Carlos López Larrea coincidió con Hidalgo especiamente en los años de constitución del ISPA. «Fue un hombre enormemente generoso, con una vision biosanitaria muy importante que resultó muy útil en los años iniciales del ISPA y su poterior acreditación». Subraya «su capacidad de trabajo, su visión para conectar la Universidad y el hospital, además de su enorme rigor». Porque, como muchos, dice López Larrea que «cuando él hablaba, había que escucharle».

Publicidad

Muy similares son los recuerdos de Patricio Suárez, coordinador de la Plataforma de Bioestadística y Epidemiología del ISPA, donde trabajó con Hidalgo en la actividad formativa del instituto y quien rememora cómo Hidalgo creó el Centro de Farmacovigilancia de Asturias. «Era muy constante en todos los proyectos. Aunque en apariencia pareciese que tuviese una impresión escéptica, siempre tiraba hacia delante».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad