R. MUÑIZ
GIJÓN.
Lunes, 12 de diciembre 2022, 01:46
La empresa pública Adif acaba de hacer pública la documentación de la última gran operación de reforma en la rampa de Pajares, encargada a finales de 2021 y ejecutada en el primer semestre de este año. Se trata de una actuación que se adjudicó por ... el procedimiento de emergencia, el más directo y restringido de todos, permitido solo cuando se requiere una actuación rápida «a causa de acontecimientos catastróficos, de situaciones que supongan un grave peligro o de necesidades que afecten a la defensa nacional».
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En total se confiaron 6,3 millones a tres contratistas para que se pusieran a trabajar de inmediato porque los daños descubiertos entonces «afectan «a la superestructura ferroviara e implican un riesgo de descarrilamiento». Un contrato tramitado de urgencia, explica el informe, habría requerido seis meses, demasiado tiempo. «El riesgo de un inminente descarrilo aconsejan el uso» de la vía de emergencia, justifica la documentación.
¿Qué estaba pasando entonces? En realidad un problema que se empezó a detectar, según el expediente, en mayo de 2018. En determinados puntos se encontró que las traviesas mostraban deterioros anómalos. El problema se localizó también en las sujeciones. Se habló con el fabricante, tomó muestras y recurrió a la Universidad Politécnica de Madrid para descubrir el origen. Los especialistas comprobaron que había traviesas que se estropeaban a los tres años. La pandemia afectó a los ensayos, demorando algunos resultados.
En agosto de 2021 el paso de un tren auscultador reveló la magnitud del problema. Hasta en 97 puntos de la rampa se detectaban defectos en el sobreancho, lo que obligó en catorce tramos a restringir la velocidad por debajo de los 30 kilómetros por hora. Aquella precaución penalizó con unos 20 minutos más el tiempo de viaje en tren entre Asturias y León para mantenerlo en condiciones de seguridad. Ese paso atrás impidió a Renfe recortar tiempos con la apertura del andén subterráneo de León que suprimía el 'fondo de saco'. Lo que ganaba evitando el rodeo en León, lo perdía en la rampa.
Pero, ¿cuál fue el origen de la degradación anómala? El hecho de que apareciera en traviesas de distintos suministradores descartó que fuera un problema de fabricación. Los informes apuntan a una combinación de alta humedad y bajo pH, combinado con los humos del gasoil de las locomotoras. «El proceso es muy agresivo» y «los nuevos tráficos de 2.000 toneladas han sobrecargado la superestrucura». El cambio de 8.000 traviesas ha minimizado el problema en la rampa.
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