Secciones
Servicios
Destacamos
ALBERTO ARCE
OVIEDO.
Miércoles, 13 de enero 2021, 00:39
La hostelería deberá bajar la persiana a las ocho de la tarde. El Gobierno del Principado ha decretado durante catorce días el adelanto de la hora de cierre del sector ante el aumento de contagios tras el impacto de las fiestas navideñas. Una medida que se complementará con la prohibición de fumar en las terrazas o la imposibilidad de servir comida a domicilio o para llevar a partir de las diez de la noche, hora a la que se ha adelantado también el toque de queda. Sin embargo, los hosteleros no están nada satisfechos con una nueva batería de medidas que solo servirá, denunció ayer el presidente de la Ruta de los Vinos, Edén Jiménez, para «mermarnos un poco más».
En sus palabras, «fue el propio Ejecutivo autonómico el que nos animó hace meses para que reinventásemos nuestros locales a la venta de comida a domicilio, y lo hemos hecho sin ser ese nuestro modelo de negocio»; no obstante, «igual que nos instaron a hacerlo ahora nos los quitan, cuando era una de las pocas vías que nos quedaban para poder facturar y hacer frente a los gastos». «Es la última puñalada al sector», sentenció.
El mediodía de ayer fue de cierta normalidad, sol frío de enero y preguntas en las terrazas de la ciudad. En la del Llar de la Catedral, Juan Cuesta, vicepresidente de la Asociación de Hostelería de El Antiguo, manifestó a este diario que el nuevo catálogo de restricciones es, a todas luces - introdujo haciendo suya una de las máximas más repetidas durante estos últimos meses por el sector tras el cerrojazo de octubre-, «un verdadero cierre encubierto». «A las 19.30 no puedo dejar entrar nuevos clientes en mi casa, me reducen la jornada laboral y los impuestos siguen siendo los mismos, ¿tiene algún sentido?», se preguntó.
Además, criticó, «estas medidas no las impone alguien que sea un gestor o sepa cómo funciona un negocio, lo hace un político, que es algo muy distinto». La prohibición de fumar en las terrazas, expuso por otra parte, «no tienen ningún sentido». «Si los clientes no pueden fumar sentados, se levantan y hacen un corrillo a pocos metros para fumar porque en la vía pública sí está permitido», razonó.
Por su parte, el presidente del Bulevar de la Sidra, la calle Gascona, Pedro Caramés, aseguró que los chigreros «acatarán la norma como los demás», pero no porque la entiendan ni la compartan. «Dejando a un lado que esto lo único que hace es sacrificar las cenas de los restaurantes por completo y que está decretado sin tener en cuenta la diversidad del sector, solo es una medida para quedarse con la conciencia tranquila». «No nos cierran del todo, pero tampoco nos ayudan», criticó el sidrero.
Algo que compartió el dueño de El Bosque, Diego Javita, al afirmar que ahora, con el negocio relegado a las comidas, «lo único que podemos hacer es trabajar la mitad del día para intentar hacer frente a los gastos». Algo que, en todo caso, señaló a renglón seguido, «así es muy complicado».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.