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ANA RANERA
GIJÓN.
Jueves, 4 de agosto 2022, 03:05
«Llegar a Asturias es una maravilla», comentaban ayer, mientras caminaban por el paseo de Begoña, Manuel Sanz, Magdalena Lausín, María Jesús Gil y José Manuel Gregorio. Este halago lo lanzaban sin un atisbo de duda porque «nos montamos en Zaragoza en el coche con ... cuarenta grados y nos bajamos de él con esta temperatura tan agradable. Es una gozada de verdad», celebraban, con el termómetro marcando veintiún grados.
Esto de no pasar calor a este grupo de amigos no le pilla de nuevas, porque ellos ya habían venido unas cuantas veces a veranear al Principado y confiesan que son muy aficionados a nuestra tierra. Por eso repiten una y otra vez. «Hacía unos años que no veníamos, pero habíamos estado en bastantes ocasiones. A mis hijos les gusta mucho hacer surf y, cuando eran críos, veníamos con ellos para que aprovecharan estas playas», contaba Magdalena.
La afición por las olas hace que estos aragoneses se conozcan especialmente bien nuestro litoral. «Desde el oriente hasta que ya entramos a Galicia por Ribadeo, estuvimos por todas partes», prometían. Ya se sabe que por un hijo los padres lo hacen todo (o casi todo).
Esta vez -ya sin tener niños a su cargo- eligieron alojarse en Ribadesella, pero, con el coche, lo que les permitirá ir desplazándose hacia donde les vaya apeteciendo. «Hoy estamos en Gijón, pero queremos ver también Avilés, Cudillero, Luarca... Además, estamos deseando que nos toque un día bueno para pasarnos alguna mañana o alguna tarde en alguna playa que sea bonita», ansiaban.
Seguro que tienen suerte de que salga el sol, porque todavía les quedan unas cuantas jornadas para disfrutar por aquí. «No nos vamos hasta el día 10, así que tenemos mucho tiempo», apuntaban. Igual hasta se acercan a ver el Descenso Internacional del Sella este sábado. «Ya fuimos a verlo en una ocasión y nos gustó mucho, es una buena opción. Tenemos muy buen recuerdo», lanzaban.
Y, si no, encontrarán otro plan para marcharse de Asturias con una buena sensación, ya que, según decían ayer, de momento, «no podemos decir ninguna cosa mala de esta región». Y eso, a pesar de que la conocen muy bien y de que quizá el año que viene vuelvan a dejarse caer por aquí. Por lo pronto, ayer abandonaron Begoña dispuestos a ver la plaza del 6 de Agosto y a Jovellanos otearla. Son escenarios gijoneses que se conocen perfectamente, pero que no se cansan de disfrutar cada vez que dejan atrás su Zaragoza de viento y calor y se refugian a orillas del Cantábrico.
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