El turismo rural vuelve a crecer en Asturias por primera vez tras el verano

«Tengo la casa llena». Ana Llano, vicepresidenta de la Federación Asturiana de Turismo Rural (Fastur) empieza a ver luz al final del túnel. Su oferta de alojamiento está al completo para este fin de semana, el primer puente de mayo tras el confinamiento. El primer puente de mayo de la era covid en el que se permite la actividad turística.

Una cita que, antes de la pandemia, era garantía de altas ocupaciones en Asturias, tanto en la oferta rural como, casi sobre todo, en la urbana. Sin embargo, el cierre perimetral de la región, y la restricción de movimientos en concejos como el de Llanes, ha hecho que las reservas se concentren en puntos muy determinados. «Hay buenas perspectivas», asegura Llano, aunque reconoce que «son muchos los compañeros que aún tienen su establecimiento cerrado».

Porque, como explica la portavoz del Clúster Rural, Ana Soberón, «solo del turismo interior, por desgracia, no podemos vivir», lo que ha llevado a muchos empresarios a esperar al fin del estado de alarma, el próximo 9 de mayo, para decidirse a abrir sus alojamientos. Los que se han arriesgado ya han encontrado «buena respuesta. No solo para este puente, sino para todo el mes», afirma Llano.

Soberón señala que quienes lograrán llenar son los especializados «en el alquiler íntegro de la casa». Los apartamentos rurales también tienen demanda, «aunque en algunos casos, que están al cien por cien, lo han logrado con trabajadores desplazados», explica. Lo que sí han detectado en el oriente son cancelaciones. «El cierre de Llanes obligó a anular las reservas».

En cuanto a la hotelería urbana, vive una realidad que no reflejan las estadísticas de las centrales de reserva. La principal, Booking, apunta un nivel medio de ocupación hotelera en Asturias del 91%, con Gijón como motor, clonando esa tasa, mientras Oviedo figura al 81% y Avilés al 86% (con entrada el 1 y salida el 2)

Unas cifras que «para nada son reales», aseguran los hoteleros. Para Fernando Corral, vicepresidente de Otea, «en Oviedo no hay movimiento», mientras que desde Gijón, la directora del Hotel Silken, Victoria Rodríguez, señala que «la prueba de que no estamos en esos niveles está en los precios que se ofertan». Pasar el puente de mayo en un cuatro estrellas céntrico es posible por poco más de 40 euros.