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Chelo Tuya
Gijón
Martes, 10 de diciembre 2024, 17:44
«Pérdida de identidad del producto turismo rural». «Alta dependencia del turismo nacional» «Elevado número de cierres estacionales». «Aumento de hasta el 193% de la oferta de las Viviendas de Uso Turístico (VUTs)». Esos son los principales problemas que tiene el turismo rural asturiano ... según el estudio encargado por el Principado.
Una fórmula de alojamiento de la que Asturias fue pionera y que, tras batir todos los récord durante la pandemia, en los últimos años no solo no logra mejorar resultados, sino que vende menos pernoctaciones que antes de la covid. De ahí que el Principado encargara el estudio citado, adelantado por EL COMERCIO, en el que también aparecen las soluciones. Dicen los expertos que es necesaria la «redistribución de la oferta y los flujos», «ayudas a la modernización», «replanteo de la estrategia de marketing» y «revisión de la consideración fiscal de las VUTs».
Unas soluciones que, sin embargo, el sector no ve que se vayan a aplicar en el corto plazo. «El Principado tiene los resultados de este estudio desde hace dos meses. ¿Y qué aparece en los presupuestos? Bonos turísticos. Bien planteados, no solo para los asturianos, puede hacer que la herida deje de sangrar, pero no la curará». Ana Soberón, vicepresidenta del Clúster Rural fue la primera en alzar la voz sobre el cambio de comportamiento del turista en relación con los alojamientos rurales. «Lo que se necesita es que se empiecen a implementar ya las otras acciones previstas, que son más difíciles de poner en marcha y que llevarán su tiempo, para que, acabados los bonos, el sector este preparado para competir». Entre esas acciones, una principal: revisar la fiscalidad de las VUTs.
Porque esta fórmula de alojamiento, los pisos que alquilan los propios propietarios, se ha convertido en la favorita del público, pero no solo del urbano, sino que también el boom ha llegado a las zonas rurales. «Es imprescindible», asegura Soberón. Y no lo dice ella sola.
Para Ana Llano, la vicepresidenta de la Federación Asturiana de Turismo Rural (Fastur), «es necesario que pongan a las VUTs las mismas condiciones que a nosotros» porque, como explica Noelia Esteban, presidenta de Casonas de Asturias: «Los pisos turísticos y las Viviendas Vacacionales (VV) están destrozando el mercado turístico asturiano y, desde mi punto de vista, al turismo rural en particular».
Una unanimidad en el sector que resume Esteban: «Me parece bien que haya todo tipo de alojamientos y los turistas puedan elegir, pero el problema viene en las legislaciones y obligaciones que rigen a unos y otros». Así, explica que «me parece bien que al lado de mi hotel haya una vivienda vacacional, pero con las misma legislación que tengo que cumplir yo por ser un hotel rural. Es decir, inspecciones de sanidad por legionela, registro de viajeros, protección de datos, obligaciones fiscales... Si fuese así más de la mitad de las VV y pisos turísticos desaparecía».
En su opinión, «no se puede crear esa brecha en el mercado entre la gente que es profesional y la que alquila como complemento económico a su actividad principal. No puede ser que para los primeros todo sean piedras en el camino y para los segundos el camino esté allanado».
Una defensa de la profesionalidad del sector que también hace Ana Soberón, «Es imprescindible profesionalizar al sector en la producción turística, en crear productos nicho para ser comercializados por intermediarios especializados». Las tres hacen autocrítica, que verbaliza Ana Llano: «¿Por qué la mayoría de alojamientos rurales son apartamentos? Por qué no te obligan a vivir en el sitio de la explotación. ¿Por qué hay tan poca casas de aldea de alquiler por habitaciones? Por qué implica ofrecer desayuno y vivir cerca, igual que en los hoteles». Una situación esa que señala el informe, cuando apunta a que para muchos el turismo rural no el ingreso principal. «Muchos cierran en temporada baja por eso, porque la gente no vive donde tiene el alojamiento. Eso no fija población, solo explota recursos», lamenta Llano.
Las tres reclaman «mejor comercialización» y ampliar el foco. «El turismo rural asturiano no es solo el oriente de la región».
La publicación por EL COMERCIO del informe realizado por el Principado sobre las causas de la crisis del turismo rural y sus posibles soluciones llega, precisamente, tras un puente que ha vuelto a señalar que el tirón turístico de la región está en las ciudades. El visitante urbano ha disparado las ocupaciones en la hotelería, así como en las Viviendas de Uso Turístico (VUTs), según señala el presidente de la Asociación Asturiana de Alquileres de Corta Estancia (Casocia). «La tendencia de los últimos años se mantiene, la ocupación ha sido mucho más alta en la zona urbana», explicó Iván Rodríguez.
Con el puente ya cerrado, la mirada se dirige ahora al fin de año, una cita que, tradicionalmente, beneficiaba a la oferta rural, ya que eran muchos los que buscaban un alojamiento para entrar en el nuevo año en compañía de familia y amigos. «Pero estamos, como en los últimos tiempos, muy pendientes de la reserva de última ahora», asegura Ana Soberón, vicepresidenta del Clúster Rural.
En este marco, la diputada Covadonga Tomé hizo público un comunicado en el que urge «un plan para el sector», ya que entiende que «el modelo neoliberal de gestión del turismo, solo atento a batir récords, está abocado al fracaso». Se mostró preocupada al conocer por este periódico «el incremento del 190% de las VUTs», una fórmula que «tiene un impacto muy perjudical en el acceso a la vivienda».
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