CHELO TUYA
GIJÓN.
Domingo, 4 de abril 2021, 01:28
«A cero». «En blanco». «Solo números rojos». «No ha habido respiro». La segunda Semana Santa de la era covid ha aportado para el sector turístico asturiano tan malos resultados como la primera. La de 2020, con un país confinado y en la que se perdieron más de 45 millones.
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Para los alojamientos, es el segundo año consecutivo en que el primer gran periodo vacacional los atrapa en cierre obligado. Para los hosteleros, la esperanza que supuso que esta Semana Santa llegara con los locales abiertos y la movilidad interior permitida, se ha traducido en desengaño debido a las restricciones de aforo y, sobre todo, a la obligatoriedad de cerrar a las 20 horas. Para ambos, la puntilla ha sido la competencia desleal.
El uso fraudulento de alojamientos, en una región con cierre perimetral y con la prohibición expresa de las estancias turísticas, ha desesperado a un sector que lleva más de un año sin apenas ingresos y «a la espera de unas ayudas que no acaban de llegar». Tal y como adelantó EL COMERCIO, tanto los inspectores de Turismo como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han activado un plan especial de control durante estos días, que va más allá de la vigilancia de los accesos a la región. Unos días en los que, sin embargo, se han seguido ofertando más de 300 alojamientos en páginas especializadas en turismo.
La Guardia Civil, así como las diferentes Policía Local, han controlado la llegada de personas ajenas a los municipios, especialmente en las localidades más pequeñas y turísticas. Una investigación que ha dado sus frutos. El viernes, agentes de la Guardia Civil se personaron en un establecimiento hostelero del oriente asturiano. Pese a que debía estar cerrado, había numerosos vehículos en su estacionamiento.
Los agentes comprobaron que había alojadas siete personas sin autorización. Tanto ellos como el propietario han sido propuestos para sanciones económicas.
«Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hacen su trabajo», confirma Saúl Pascual, quien, no obstante, reclama «más control» al Principado. Lo dice el portavoz de Incatur, la asociación que aglutina al sector turístico del oriente, por ser una de las áreas más afectadas por la competencia desleal.
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«No podemos entender que se tolere», remarca el presidente de la patronal de agencias de viaje. Desde Operadores Turísticos y Agencias de Viaje de Asturias (OTAVA), Íñigo Fernández espera «que haya sanciones» y, sobre todo, que las administraciones «valoren el sacrificio del sector turístico y sean consecuentes a la hora del reparto de ayudas e indemnizaciones».
Un reparto que «no acaba de llegar», lamenta Félix Marcos, de Hostelería con Conciencia. Él, al igual que Pascual, entienden que esta Semana Santa «no ha dado respiro a la hostelería». En el oriente, «porque el cierre del plan de acceso a Los Lagos nos perjudicó». En el resto de la región «el buen tiempo ayudó al que tiene terraza, pero los aforos y el cierre a las 20 horas, no».
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Una situación mucho más dura para los alojamientos. «No hay valoración posible de la Semana Santa porque en los hoteles no ha habido ocupación», sentenció Fernando Corral, vicepresidente de Otea.
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