M. M. C.
GIJÓN.
Jueves, 26 de diciembre 2019, 01:38
Son muchas las personas que viven solas en Asturias, pero distintas entidades de la región han decidido poner todo de su parte para evitar que pasaran en soledad una noche tan señalada como la Nochebuena. De oriente a occidente y de norte a ... sur de la región, centros de la tercera edad, residencias o fraternidades abrieron sus puertas para acoger a quien quisiera pasar tan señalada fecha en agradable compañía. La cena organizada por la avilesina Fraternidad de Francisco y en la que colaboraron una treintena de voluntarios, acogió a unas 60 personas que disfrutaron de embutidos, sopa de marisco, lomos de merluza con almejas y postres navideños. La música siguió a la cena y, quienes así lo desearon, pudieron asistir a la Misa del Gallo en la iglesia de San Nicolás de Bari.
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La residencia de la tercera edad de La Inmaculada, en Gijón, fue otra de las que abrió sus puertas. Al final, 24 personas celebraron junto al personal de la residencia la Nochebuena, incluidas dos gijonesas que participaron en el programa municipal 'Ni un mayor solo'. Eran tantos que tuvieron que organizar dos turnos.
La residencia Nuestra Señora de Montserrat, de Colloto, lleva varios años abriendo sus puertas en Nochebuena. Soledad Aguirre, de 61 años, fue la primera que llegó, «me enteré de esta iniciativa por la trabajadora social», explicó. Está divorciada y tiene tres hijos que «no miran para mí». Disfrutó de la cena en compañía de los mayores de la residencia y agradeció esta iniciativa porque «es muy triste estar sola y más cuando una se va haciendo mayor».
La historia de Ángeles García, de 94 años, es diferente. Esta ovetense no tiene hijos y son sus sobrinas quienes se ocupan de ella, pero «siempre paso sola estas fechas, porque a mi familia la tengo en Cangas de Onís y Pola de Laviana. Estos días les llegan los hijos y no hay sitio para todos». Por eso, esta vez se buscó una solución para que no estuviera sola: «Fue una de mis sobrinas la que me dijo que tenía una sorpresa para mí esta Nochebuena. Me dijo que me había hecho una reserva en un lugar donde va la gente para no cenar sola. Yo pensé que iba a ser un hotel, nunca imaginé una residencia de ancianos», explicaba, mientras se preparaba para compartir cena en la residencia Santa Elena, en pleno centro de Oviedo.
A la residencia San Francisco, de Villaviciosa, acudieron dos personas para no cenar solas en Nochebuena. Y junto a los residentes pudieron disfrutar de una grata sorpresa, como fue la visita de Papá Noel. En el centro tienen claro que volverán a repetir en Nochevieja. Pero las residencias de muchos otros lugares de Asturias tuvieron iniciativas similares. La Minería (Felechosa) llegó a reunir a 260 comensales, mientras que a la Nuestra Señora del Fresno (La Felguera) acudió Pilar Fernández, porque «tenía ganas de venir para estar con mis amigas. Mi intención es volver en Nochevieja».
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A la residencia La Casa del Mar, de Cudillero, acudieron Miguel Ángel Gutiérrez y Cesáreo Rubio, invitados por el alcalde, Carlos Valle. Gutiérrez indicó que «cuando era joven, iba con mi mujer a Gijón o Luarca», mientras que Rubio nunca se casó: «Vivo con las pitas y el perrín».
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