Ana Taboada dona sangre en el Centro Comunitario mientras charla con EL COMERCIO. DAMIÁN ARIENZA

«En el tripartito la sangre no llega al río, nos complementamos bien»

Ana Taboada, vicealcaldesa de Oviedo, se une a la campaña de EL COMERCIO para promover la donación de sangre en Asturias

Laura Fonseca

Gijón

Sábado, 30 de junio 2018, 06:03

Ana Taboada (Oviedo, 1972) llega al Centro Comunitario de Sangre y Tejidos «agradecida» por haber sido invitada a participar en la campaña con la que EL COMERCIO busca contribuir a promover las donaciones en Asturias. «Es algo muy importante y es responsabilidad de todos, de ... los más y de los menos visibles», afirma la vicealcaldesa de Oviedo minutos antes de que su sangre pase a formar parte de los hemoderivados que luego serán enviados a hospitales y centros sanitarios de la región. El Centro Comunitario, ubicado aún junto al viejo Hospital Central, en el barrio de El Cristo, en Oviedo, le trae a la también abogada Ana Taboada recuerdos de su infancia y adolescencia, cuando sus padres, ambos médicos que trabajaban en el antiguo Hospital Covadonga, «me traían aquí y yo me entretenía jugando con jeringuillas y con el fonendoscopio».

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-¿Es su primera donación?

-No, empecé a donar de jovencita aunque unos años después lo tuve que aparcar por problemas de anemia. Ahora estoy intentando retomarlo.

-¿Sabe su grupo sanguíneo?

-Si no recuerdo mal, es cero positivo.

-¿Qué le impulsó a ser donante?

-Me viene un poco de familia, ya que mi madre era hematóloga, fue jefa de servicio en la antigua residencia, y mi padre, responsable de la UVI. Digamos que todo lo que viene del mundo médico lo tengo muy metido dentro. Recuerdo ir de pequeña a lo que ahora es el viejo HUCA y jugar allí con jeringuillas y el fonendoscopio.

-Lo vive con nostalgia...

-Bueno, fueron años duros porque eran los tiempos del sida y me acuerdo de mi madre hablando de todo aquello muy preocupada. Además, mi madre tuvo un cáncer, del que lamentablemente acabó falleciendo tras más de diez años de lucha contra la enfermedad, y ahí ves el tipo de necesidades que hay con el tema de la sangre y las transfusiones. Todo eso te sensibiliza, tanto desde el punto de vista emocional y familiar, como también desde lo sanitario.

-¿Cree que tendría que ser obligatorio donar sangre?

-Eso no lo podría contestar, ya que no estoy en la gestión de la sanidad, pero no creo que sea necesario. Lo que hay que fomentar es la solidaridad entre la gente porque al donar no solo estás ayudando a los demás, sino también a ti mismo.

-¿Tiene alguien a quien no transfundiría sangre?

-¡No, que va! No puedes donar sangre en función a quién va...

-Lo decía en plan broma.

-(Risas). Ah, vale, qué susto.

-Otra jocosa. ¿Si le transfundieran parte de su sangre al exalcalde de Oviedo Gabino de Lorenzo, qué cree que le pasaría?

-Creo que le sentaría muy bien (risas)... Si eso valiera para que empezara a ver la vida con ojos de mujer, me daría por satisfecha.

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-¿Y al revés, si le transfundieran a usted sangre de Gabino?

-Uff... Desearía que no me pasara ningún tipo de mala praxis como ha hecho en Oviedo, que no me entrara la vena especulativa y las ideas megalómanas que ha tenido él. Afortunadamente, las transfusiones de sangre no transfunden ni las acciones ni las emociones.

-¿Hay tener sangre especial para 'entrar' en política?

-(Piensa) Lo que hay que tener claro es que ahora hay un nivel de exposición importante. Mediáticamente cualquier cosa te puede poner en la picota, como le pasó a Cifuentes. La política, en ese sentido, no tiene alma.

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-Se dice de ustedes que son la 'sangre nueva' de la política.

-Pienso que sí, creo que venimos a dar un aire nuevo y estamos intentando cambiar la dinámica de la vieja política.

-¿Y cómo es esa nueva dinámica?

-Queremos que la institución y la calle no sean diferentes. No puede ser que la política viva alejada de lo que pasa en la sociedad.

-¿Cómo encaja dentro de esa nueva dinámica política que el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y la diputada Irene Montero, se hayan comprado un 'megachalé'? Eso parece más vieja política, ¿no cree?

-Es la vida privada de una pareja y la militancia ya se ha pronunciado al respecto.

-¿Dónde encontró mejores compañeros de viaje, en el ámbito del derecho o en la política?

-En todas partes. Tanto en la política, donde estoy ahora, donde tengo muy buenos compañeros y compañeras, como en mi faceta de abogada, donde he conocido a colectivos muy vulnerables que te ayudan a relativizar mucho las cosas. En este mundo tan consumista es bueno que alguien te haga ver que lo más importante no es tener el último modelo de teléfono móvil.

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-¿Qué le causa a usted mala sangre?

-No me gustan ni la mentira ni las malas artes. Precisamente, a lo que más me cuesta acostumbrarme es a esa fontanería política.

-¿Hay en el tripartito algún tipo de incompatibilidad sanguínea?

-(Risas). Estimo que no. Somos diferentes pero nos complementamos bien.

-O sea, ¿que la sangre no llega al río?

-No, la sangre no llega al río..., espero.

-Fue usted compañera en el colegio La Gesta de la ahora reina Letizia, verdad. ¿Qué tal en el recreo? ¿Era de las que compartía bocadillo?

-(Risas), ¡pero qué cosas pregunta! Éramos muy niñas. Lo que más recuerdo de ella es que vino un día con su padre al cole, y vino con la radio, con Antena 3... Fue un día maravilloso.

-Última pregunta: convenza a los asturianos sobre la importancia de donar sangre.

-Hay que donar porque hay que defender a la sanidad pública, que está luchando a contracorriente contra las políticas de privatización. La donación es una cosa de todos, de los más y de los menos visibles.

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