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RAMÓN MUÑIZ
GIJÓN.
Jueves, 15 de octubre 2020, 01:32
A las 8.53 de la mañana tiene programado Feve que uno de sus trenes se detenga en el apeadero de Riberas, haciendo la ruta de Pravia a Gijón, y ayer la unidad 70303 cumplió ese compromiso. A los mandos iba uno de los ... maquinistas veteranos, con décadas de servicio en el ancho métrico. Inició la marcha con 19 viajeros a bordo y permiso para alcanzar en ese tramo los 80 kilómetros por hora, pero cuando llevaba recorridos unos 450 metros todo se torció. Tras doblar una curva la máquina se encontró con un argayo que cubría la vía de lodo, ramas y algunas rocas. Las precipitaciones de la mañana habían provocado un desprendimiento del que se libraron los convoyes que habían pasado por el lugar antes. El conductor no tuvo margen para impedir arrollar esa masa, que terminó haciendo descarrilar al tren.
El susto en el interior fue de consideración. Los cuatro 'bogies' de la máquina salieron de la vía y la composición se dobló, sin llegar a volcar. El conductor se volvió hacia el pasaje para comprobar su estado. Una de las viajeras telefoneó a su padre para dar cuenta de lo ocurrido y el progenitor fue el que, a las 8.59, dio aviso a los Servicios de Emergencia del Principado de Asturias (SEPA), sin saber el lugar del accidente, ni si había heridos.
Fueron momentos de movilizar a los equipos disponibles pero sin conocer hacia dónde exactamente. Las llamadas se cruzaron entre el SEPA y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), la empresa pública que gestiona las vías. Con los datos disponibles salieron en búsqueda de las víctimas el equipo de Atención Primaria de Soto del Barco y los bomberos del SEPA con base en el parque de Pravia. Fue rápido.
A las 9.23 los bomberos habían localizado la unidad; la tenían a 300 metros. Un cuarto de hora después y tras una primera valoración, acordaron acompañar a pie a los 16 viajeros que habían resultado ilesos, mientras el resto eran atendidos. Los que pudieron salir andando hicieron el camino de vuelta, hasta el apeadero de Riberas, a la espera de que Renfe mandara al lugar un autobús con el que seguir su ruta. Entre ellas iba una mujer que sufría dolor en el hombro y que fue derivada a un centro de salud.
Los sanitarios mientras atendían a las tres víctimas. Los dos varones presentaban pronóstico leve y fueron trasladados en ambulancia convencional hasta el Hospital San Agustín (Avilés). A la mujer hubo que evacuarla en camilla por las vías y trasladarla en UVI-móvil hacia el mismo centro para practicarle pruebas. Los dolores que sufría eran compatibles con una fractura del aparato locomotor, posiblemente localizada en la cadera.
El tramo quedó cerrado al tráfico ferroviario a la espera de retirar la unidad descarrilada; Renfe tiene habilitado transporte alternativo por carretera.
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