Miércoles, 20 de febrero 2019, 03:08
«¡Es su hijo!», exclamaba asombrada una de las dos hermanas de Pedro Nieva en el momento en que era trasladado por varios agentes hacia el coche policial sobre las doce de la mañana. Al aproximarse a ambas, que se encontraban al otro lado del vehículo, Maite y Amaia disiparon sus dudas. No se trataba de uno de sus dos sobrinos, sino de su propio hermano. «¡Tranquilo Pedro, te vamos a sacar!», repitieron en varias ocasiones visiblemente afectadas. En cuanto el vehículo inició la marcha, se encaminaron hacia la vivienda, donde se encontraba su cuñada y sus dos sobrinos. Una vez en su interior y ante el acoso de los periodistas que permanecían apostados a la entrada de la vivienda adosada de Zubipunte reiteraban desde dentro que no iban a hacer ninguna declaración. «No vamos a decir nada», insistían, al igual que hicieron a lo largo de la detención, que se vieron obligadas a permanecer en el exterior.
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