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El chiringuito La Mar de Fondo, en la playa de Frejulfe, ofrece unas vistas espectaculares. José Simal
Los chiringuitos de Asturias se reinventan

Los chiringuitos de Asturias se reinventan

Cada vez ganan más terreno en Asturias, reinventándose y ofreciendo nuevas alternativas de ocio, además de augurar un verano de restallu en la región

Ana Ranera

Gijón

Domingo, 11 de junio 2023

El litoral asturiano está salpicado de chiringuitos que dan alegría al paisaje. Cada vez son más los bares que se levantan a pie de playa y que completan esos planazos de verano que empiezan en la arena y que terminan tomando algo, con el mar de fondo. Eso ocurre, por ejemplo, en Aramar, en el concejo de Gozón, donde ya han notado que esta primavera venía con fuerza. «Desde el Martes de Campo abrimos todos días. La gente se está moviendo y sale ya de las ciudades porque están viniendo días de sol a la costa, así que tenemos clientela incluso entre semana», explica su propietario, Marcos Martínez.

Con esas sensaciones en mayo y junio, él prevé que en verano haya «bastante movimiento». Eso sí: será imprescindible que venga buen tiempo. «Por aquí por esta zona los alquileres vacacionales lleván tiempo estando llenos para julio y agosto, así que entiendo que el verano será bueno si hay sol».

Además, hoy en día este tipo de bares ganan muchos clientes, gracias a las redes sociales. «Actualmente, comemos y bebemos con los ojos» y, si a la buena comida y a los buenos tragos le sumas un buen escenario, tienes la combinación perfecta. «Si cuelgas fotos bonitas, la gente se anima a venir y la suerte que tenemos es que en Asturias casi cualquier playa tiene unas vistas impresionantes».

Que se lo digan a Raúl García quien otea, a diario, la playa naviega de Frejulfe desde su chiringuito La Mar de Fondo. Él, de momento, está viviendo junio con calma «porque la gente todavía no está de vacaciones y los estudiantes siguen de exámenes», pero confía en lo que está por venir: julio y agosto. «A esta playa cada vez vienen más personas, lo vamos notando poco a poco, aunque tampoco sea un desfase», explica.

«Hay movimiento hasta por semana». Marcos Martínez, de Aramar, en Luanco, abrió ya el Martes de Campo porque el sol hace que «la gente ya se esté moviendo». José Simal

Lo que sí es verdad es que el occidente empieza a ganar adeptos, frente a la hegemonía del oriente. «Cada vez vienen más clientes de la zona centro que nos comentan que nunca habían venido por aquí porque siempre iban para el otro lado», cuenta y lo explica: «Este avance fue gracias a la autopista que nos abrió las puertas, ya que antes tardabas tres horas en ir de Navia a Oviedo».

Además, quienes se acercan a su bar buscan la calidad, «no les vale cualquier cosa» y, por eso, les encanta «nuestro local, que es muy rústico, de madera, y que está muy camuflado en el entorno».

«Vamos a tener más gente que personal». José Simal

Es un lugar privilegiado igual que lo es el local de El Indio, en la playa gijonesa de Estaño, donde ya están preparados para encarar la temporada estival. «Antes abríamos de viernes a domingo y ahora ya estamos todos los días», explica Casandra López. «Todos los días damos comidas y ahora damos también cenas los viernes y los sábados y, a partir del mes que viene, daremos cenas también los jueves», explica.

Además, por allí atrapan también a los clientes con música en directo, entre la que se podrá disfrutar próximamente «de un ciclo de jazz», tal y como anuncia López. Y todos esos conciertos tendrán que desarrollarse a lo largo de un «verano duro» porque «va a haber más gente que personal», apunta. «Tenemos al equipo de siempre y querríamos sumar a otras dos personas, pero no hay manera», cuenta. «Hay mucha gente que no quiere trabajar en la hostelería y otros que nos dicen que sí, pero al venir aquí y verlo se asustan».

«La playa tiene otro ambiente». En Ipanema, en la playa de España, Andrea Molina nota que «están viniendo muchos turistas». José Simal

Tienen entonces mucho trabajo por delante, igual que en las Terrazas de Ipanema, en la playa de España, en Quintes. «Nosotros abrimos el 3 de abril y ya, a partir de mayo, abrimos todos los días de seguido», explica Andrea Molina, convencida de que esa fórmula les ha funcionado: «En primavera hubo bastante gente porque vino muy buen tiempo y en el cámping hay muchos turistas, eso que hace que notemos que está viniendo mucha gente de fuera como ingleses y alemanes».

Ella confía en que esa tónica se mantenga en las próximas semanas porque, además, «este año tenemos la playa muy bonita» y todo parece indicar que la pandemia acercó a esa zona a los asturianos. «Cambió mucho el ambiente de la playa, hay mucha gente que viene y que nos dice que alucina al encontrarse lo que tenemos porque nunca lo habían visto». Además, ellos en verano tienen la cocina abierta ininterrumpidamente y eso hace que sea un verdadero no parar de comensales.

El mismo que se ve en El Viso, en la playa de La Espasa, en Caravia, donde Alicia Sánchez-Arjona asegura que esa zona ha cambiado mucho en los últimos tiempos. «Yo que llevo toda la vida veraneando en Caravia, creo que a raíz de los cierres perimetrales, la gente se acercó mucho más el concejo y que además mejoró mucho porque es una playa con muy buenos servicios y aparcamientos».

Eso hizo que ellos este año se atrevieran a abrir incluso fuera de temporada y fue «toda una sorpresa porque hubo fines de semana que fueron espectaculares». Es lo que tiene poder presumir de tener «una clientela bastante fija, en la que, aparte de los turistas, hay cada vez menos caras desconocidas».

«El occidente gana clientes». Raúl García, propietario de La Mar de Fondo, en Frejulfe, tiene claro que muchos están ahora descubriendo el occidente. José Simal

Ella, además, cree que otra de sus suertes es el equipo que la rodea desde que emprendió esta aventura. «Son de diez. Contamos con el mismo personal siempre y eso es raro al ser un negocio de temporada», explica, al tiempo que promete que hicieron «una muy buena amistad», que hace que cada vez sea todo «más fácil». Todos ellos tienen claro que su futuro más próximo lo decidirá el cielo, pero si el sol hace acto de presencia, está por venir «un verano tremendo».

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