La tragedia de la menor hallada muerta en Salinas: 16 años y víctima de abandono

El peor de los desenlaces. Ese fue el que se confirmaba ayer al encontrar el cuerpo sin vida de una joven tendido sobre la arena, hasta donde fue arrastrado por el agua, en la playa de Salinas, en Castrillón. Fue un pescador el que dio la voz de alarma, alrededor de las 7.15 de la mañana, al hallar el cadáver. Según informó el Ayuntamiento de Castrillón, hasta allí se desplazaron efectivos de la Policía Local, Guardia Civil y Policía Nacional, quienes inmediatamente iniciaron los trabajos para identificar el cuerpo. Al cabo de cuatro horas, pasadas las once y media de la mañana, las pesquisas dieron sus frutos.

Se trataba de una menor. Tenía 16 años, era de origen chino y sus iniciales, Y. Z. Pero era mucho más. Una adolescente a la que el Principado tuvo que acoger en 2021 por «abandono familiar, maltrato emocional y exposición a episodios de violencia». Tan dura fue su vida antes de ser tutelada por la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar, que el martes decidió ponerle fin en Salinas. Desde que el Principado asumió su tutela, su vida en uno de los centros que la Fundación Cruz de los Ángeles tiene en Oviedo estuvo centrada en el tratamiento para «minimizar el impacto» de las «experiencias vividas durante periodos sensibles de su desarrollo».

Para ello, el Instituto Asturiano para la Atención Integral a la Infancia y a las Familias coordinó las actuaciones entre las administraciones implicadas (protección de menores, salud mental y educación) para abordar el caso, explicaron fuentes de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar. Las mismas fuentes que aclaran que la adolescente no se fugó. Simplemente salió a dar un paseo en la tarde del martes y ya no volvió, hecho que ya se había puesto en conocimiento de los cuerpos de seguridad del Estado. «Siguiendo el protocolo de fugas establecido en colaboración con la Policía Nacional y la Guardia Civil, desde el centro se comunicó la desaparición y se procedió a su búsqueda, que no dio resultados». Hasta que en la mañana de ayer un pescador encontró su cadáver flotando en Salinas.

El cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Oviedo, donde se le realizará la autopsia pertinente para confirmar las causas de la muerte.

De su desarraigo da prueba el hecho de que será el Principado quien se haga cargo de su entierro.

No era la primera vez. La menor ya lo había intentando antes, en febrero, cuando protagonizó otro episodio que también requirió la intervención policial en las inmediaciones de la playa de Salinas. Tuvo que ser rescatada de un saliente rocoso bajo el mirador de La Peñona, donde había accedido después de saltarse el cierre de seguridad (el mirador se encuentra cerrado al público ante el riesgo de colapso del promontorio).

En aquella ocasión fue posible rescatarla. En su segundo intento, no. Su fallecimiento pone de manifiesto, de nuevo, la crítica situación que está atravesando la región, especialmente la población más joven, en términos de salud mental.

Tras el conocimiento de este trágico suceso, el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, incidió en la necesidad de buscar soluciones para abordar un problema que cada vez se está volviendo más preocupante. «Es terrible. Como sociedad, estamos fallando. El lunes me reuní precisamente con el Colegio de Psicología de Asturias para tratar el problema del bienestar psicológico entre la juventud asturiana».

Entre las cuestiones que se plantearon en la reunión, la presidenta y la secretaria del Colegio Oficial de Psicólogos, Elvira Vilorio y Elena Cubero, trasladaron al presidente la necesidad de «centrarnos en la prevención, no sólo en la intervención», que debe ser extensible a «todos los ámbitos» de cara a generar habilidades de afrontamiento frente al día a día y al estrés de la vida».

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