Trabajo y hogar, las cargas que disparan el consumo de ansiolíticos entre las mujeres

Recientes estudios elaborados desde el ámbito académico nacional constatan que la prescripción de antidepresivos es, al menos, tres veces mayor en mujeres que en hombres en Asturias y ello se vincula a los tipos de trabajo que realizan y a las cargas familiares que suelen recaer sobre las féminas por lo que ya hay voces que piden un análisis de este problema con una visión de género. Si a ello se suma la ansiedad causada por la pandemia esas cifras, a falta de datos actualizados, parece que se disparan. Son los profesionales del sector los reconocen que «se toman más de lo que se debería» y en este consumo se encuentran a la cabeza las mujeres.

Miguel Martínez Blanco, de la Farmacia Castillo, registra una mayor demanda de ansiolíticos en estos últimos dos años. «La pandemia se lleva mal, está afectando mucho a la población. Hay que tener en cuenta los efectos de la covid y luego los colaterales, como la pérdida de puestos de trabajo, los ERTE...»

Martínez también percibe un mayor número de ansiolíticos recetados a mujeres que a hombres. «No puedo hablar de estadísticas aunque el 90% de las personas que viene a la farmacia son mujeres, pero la percepción es, evidentemente, que ellas recurren más a este tipo de medicamentos».

El psiquiatra Emilio Sotomayor no solo comparte esta visión, sino que explica los motivos. «Las mujeres recurren más a esta medicación porque padecen un mayor nivel de ansiedad que tiene que ver con la sobrecarga en el hogar, que se une en muchos casos a la que soporta en su día laboral. La mujer siente más frustración o tensión ante la necesidad de cumplir con todas las tareas».

Las mujeres son más tendentes a las situaciones de estrés y ansiedad o, al menos, las hacen más visibles. Lo cuenta el psiquiatra José María Uncal, que, desde su experiencia en el teléfono de la Esperanza de Asturias, señala que hay que tener en cuenta componentes educativos y emocionales. «A la mujer se le permite, no se le censura que muestre sus sentimientos, mientras el hombre se rige más por la ira y la rabia». Además las féminas van con mucha más frecuencia al médico, matiza.

«Muchas sacrifican su vida personal y profesional porque el mandato de género que subyace es la burbuja familiar», repite Sotomayor. «Es frecuente ver en la mujer trastornos psicosomáticos; sienten un vacío porque han apostado por una opción encapsulada».

El psiquiatra Julio Bobes insiste en que desde hace 70 años las tasas en la toma de psicofármacos han sido superiores en el género femenino.

«La depresión es más frecuente en la mujer y esto es muy complejo», recuerda Paz García-Portilla, catedrática de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, que matiza que uno de los factores a tener en cuenta son «las hormonas sexuales. En época fértil, dos mujeres por cada varón están diagnosticadas como depresivas». Y es que la depresión es la primera causa de incapacidad laboral junto a los problemas de fibromialgia y artrosis en mujeres, recuerda, y se queja de que no se financian los fármacos para atajar estos problemas de salud. «¿Cuánto vale una vida? Yo sé lo que vale un antidepresivo, mucho menos». La salud mental de las mujeres viene condicionada por factores psicosociales de género que hay que tener en cuenta, concluyen los expertos.