E. GARCÍA / I. VILLAR
OVIEDO.
Sábado, 7 de septiembre 2019, 02:17
«No dejar a ningún minero atrás» podría ser el lema de la Brigada Central de Salvamento Minero. Tampoco lo hicieron los brigadistas ayer, durante el acto de entrega de la Medalla de Oro, en el que, aún algo turbados -aunque parece ... que deberían acostumbrarse a estar en el foco de la admiración pública- volvieron a recordar a todos los que les precedieron durante más de un siglo de historia.
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Los miembros de este cuerpo de élite en operaciones de recuperación y rescate en espacios confinados, principalmente incendios y ambientes tóxicos y explosivos, han recibido durante el último año otras catorce distinciones, entre las que cabe recordar la declaración de la Junta General, la Medalla de Andalucía, la Amuravela de Oro, el Premio Imagen de España de la Fundación Ecofin, el de la revista económica Meca2, la Cruz Azul de Emergencias y el Castillete de Oro del Festival Internacional de Cante en las Minas de La Unión (Murcia).
La Medalla de Oro del Principado que ayer sumaron es para ellos -así lo han repetido en numerosas ocasiones- el «reconocimiento a todas las personas que desde hace más de un siglo han formado parte de esta brigada, ayudando, socorriendo y rescatando a los compañeros que sufrieron accidentes en nuestras minas». Una forma de poner en valor la minería del carbón y todo lo que durante tantos años ha supuesto para el Principado de Asturias. «Es un orgullo para nosotros recibir este premio, se agradece que se reconozca nuestro trabajo en nuestra propia tierra», indicó Antonio Ortega, ingeniero técnico de la brigada. «Sabemos que no es por los últimos años, sino por una trayectoria de más de cien años». Desde que en 1912 cinco mineros de primera y un médico, dirigidos por el ingeniero de minas y director técnico de Duro Felguera Manuel Sánchez, realizaran la primera sesión de prácticas a la que seguirían tantas otras.
La brigada trabaja las 24 horas, los 365 días del año, y por eso ayer no estuvieron todos. Además de Ortega recogieron la medalla el director técnico, Sergio Tuñón, y los brigadistas Maudilio Suárez, Fidel Pando, José Antonio Huerta, Lázaro Alves, Oliver Suárez, Juan José Megido, Santiago Fernández, Miguel Álvarez, David Hevia y Adrián Villarroel. Seis de sus compañeros permanecían de guardia en la base de operaciones del cuerpo, ubicada en las antiguas instalaciones del Pozo Fondón, en Sama de Langreo.
«Somos conscientes de que es un trabajo duro y difícil y que a lo largo de la historia ha habido innumerables accidentes y víctimas», incidió el ingeniero técnico. Quizá porque, como destacó el presidente Adrián Barbón, «ellos son los que entran donde los demás no pueden, los que salvan lo que ya se da por perdido y los que nunca dejan a nadie atrás» ésta es la segunda medalla del Principado que recibe la Brigada Central de Salvamento Minero, que ya en 1990, hace casi treinta años, mereció la Medalla de Plata.
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Bien conocidos en las cuencas y en Asturias entera, su nombre resonó este año en todo el país e incluso fuera de las fronteras nacionales durante el rescate de Julen en Totalán. Y seguirá haciéndolo, aunque sea fuera de la mina, porque la brigada, con un pasado memorable, tiene el futuro próximo asegurado.
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