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LAURA FONSECA
GIJÓN.
Sábado, 25 de noviembre 2017, 02:48
Quinientas sesenta personas han acudido a las farmacias asturianas en el último año para realizarse una prueba rápida de detección del VIH. Nueve de ellas han sabido que eran portadoras del virus y que, por tanto, son seropositivas. Desde septiembre de 2016, diez farmacias participan ... en este plan piloto. En apenas 20 minutos y tras un leve pinchazo en el dedo, se puede recibir el diagnóstico de forma gratuita y absolutamente confidencial. El programa, desarrollado entre la Consejería de Sanidad, el Colegio de Farmacéuticos y Cofas, recibirá esta tarde en Oviedo el Premio Anual de la entidad colegial durante la celebración de los actos patronales.
La buena acogida por parte de las farmacias llevará al Principado a extender el programa a más boticas. Solo Cantabria, País Vasco, Castilla y León y Barcelona tienen en marcha iniciativas de este tipo. Reyes Comas, farmacéutica de Arriondas, vocal de la directiva del Colegio de Farmacéuticos y una de las participantes en el programa, se muestra altamente satisfecha con los resultados. «Es un proyecto muy valorado por los usuarios y por los profesionales, puesto que nos permite actuar como lo que somos, agentes de salud». Cuenta Comas que las personas que solicitan hacerse un test del VIH contestan una pequeña encuesta y «los aspectos mejor valorados son la confidencialidad, la rapidez y la cercanía».
Junto al plan piloto para la detección rápida del VIH, el Colegio de Farmacéuticos dará hoy otro premio, la Medalla de Plata al Mérito Colegial que en esta ocasión ha recaído en María Teresa Iglesias, farmacéutica hospitalaria que hasta el 22 de febrero, cuando cumplió 65 años, era jefa del Área de Farmacia del HUCA. Iglesias, que entre 1996 y 2003 fue también gerente del Hospital San Agustín, de Avilés, agracede «de corazón» la distinción, que le llega en un momento «más relajado, tras más de cuarenta años de trabajo». Esta farmacéutica inició su andadura profesional en mayo de 1976. Durante casi una década fue la única farmacéutica del San Agustín. Eran tiempos en los que los centros hospitalarios «no disponían de servicios de farmacia, algo ahora impensable».
El cambio y la evolución en todos estos años «ha sido tremendo. Ahora tenemos verdaderos arsenales terapéuticos que no tienen nada que ver a cuando empecé». Los fármacos y los tratamientos se aplican de manera mucho más personalizada. De hecho, recuerda a modo de anécdota que «cuando llegué al San Agustín los medicamentos por las plantas del hospital se distribuían en cestas de mimbres. Ahora hay hospitales como el HUCA que los transportan en robots».
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