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ALICIA GARCÍA-OVIES
VILLAVICIOSA.
Viernes, 8 de noviembre 2019, 03:19
«Me asomé y vi el barro. Volví a casa corriendo para mandar salir a mi madre, no me preocupé de coger nada». Tazones vive desde ayer bajo la amenaza de un gran argayo que ha obligado a desalojar cuatro viviendas y ... dos establecimientos hosteleros. El barro corre desde entonces por la principal calle del pueblo, poniendo en vilo a todos los vecinos, que esperan que el tiempo dé una tregua para que los afectados puedan regresar a sus hogares y comenzar las labores de recuperación de la zona. Un proceso que saben «será lento». Policía Local, Bomberos y Protección Civil trabajaron ayer sin descanso, junto con el ingeniero municipal, para acordonar las edificaciones en riesgo e inspeccionar el terreno con el fin de evitar daños mayores y que la situación pudiese afectar a más vecinos.
El primer desprendimiento tuvo lugar a primera hora de la mañana. Una piedra alcanzó una de las viviendas, llamando la atención de sus inquilinos, que aún así salieron a trabajar como un día cualquiera. Fue horas después cuando, preocupados por los posibles daños, decidieron avisar a su vecina, Pilar Fernández, para que fuese a ver cómo podían retirarla. «Empecé a subir y vi barro, pero en un principio no observé ningún daño, hasta que me encontré con la gran lengua de barro que ocupaba parte de la ladera», relataba Fernández horas después. Su voz aún delataba su nerviosismo, a pesar de encontrarse ya en un lugar seguro y arropada por amigos y vecinos. Inmediatamente, regresó a su casa, donde reside con su madre, para sacarla de allí. «Ella camina mal, pero le dije que se diese prisa. Salimos con lo puesto», cuenta.
Los primeros en llegar a la zona fueron los efectivos de Policía Local de Villaviciosa, que a su vez dieron aviso al servicio de Bomberos del Principado. Fueron ellos quienes, tras comprobar el estado de la ladera, aconsejaron, por prevención y ante la previsión de lluvias constantes durante todo el día, que se desalojasen los inmuebles más cercanos al argayo: cuatro viviendas y dos establecimientos hosteleros. «En un principio, la Policía me dejó acceder para coger algunas cosas, pero solo agarré el bolso y la documentación, que luego dejé en el hotel. No pensé que ahí tampoco iba a poder volver a entrar», reconoció Fernández refiriéndose al hotel Las Terrazas, de su propiedad, ubicado muy próximo a las viviendas.
A lo largo de la mañana se unió al dispositivo el ingeniero municipal, así como los servicios municipales de limpieza y mantenimiento de alcantarillado. Ya por la tarde, llegaron a la localidad efectivos de Protección Civil, que fueron los encargados de vigilar la zona durante toda la noche para actuar en caso de que los desprendimientos fueran en aumento. El alcalde, Alejandro Vega, también quiso acercarse para comprobar 'in situ' el estado del argayo y hablar con los afectados. «Les hemos ofrecido toda la colaboración que desde el Ayuntamiento podemos prestar», afirmó.
Las causas del gran argayo se encontrarían en las intensas lluvias de los últimos días, pero también en las labores forestales realizadas en la zona en octubre del año pasado. Según el equipo de gobierno, el Ayuntamiento suspendió en su momento la saca de madera que se estaba produciendo por la caída de piedras que tenían lugar, como en este caso, los días de tormenta. Al parecer, la empresa encargada de los trabajos, Contratas Esva XXI S. L. tendría abierto un expediente por esta causa que, posiblemente, acabe siendo sancionador. «Si se confirma lo que parece una evidente relación de causalidad deberá responder de todos los daños», aseguró el alcalde. Además, volverán a revisar de nuevo toda la documentación para esclarecer de quién es la responsabilidad.
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