«El Gobierno nos dio 20 céntimos por litro, pero ha subido 40 desde entonces»

-Su primera decisión ha sido negociar con los ayuntamientos la subida de las tarifas. Ha comenzado esa ronda con el equipo de gobierno de Aller. Me imagino que es consciente de la impopularidad de esta medida.

-Desde luego, pero en mi trabajo hay que adoptar decisiones que son difíciles. Las tarifas de las zonas rurales llevan congeladas mucho tiempo, pero el IPC se ha disparado el último curso y la situación se ha vuelto insostenible. Con nuestros costes, oponerse sería irresponsable.

-Entiendo que si el IPC vuelve a caer, se revisarían las nuevas tarifas a la baja.

-No. Se fijan unos precios y esos quedan hasta que el sector vuelva a necesitar un cambio, pero no se trata de algo provisional.

-Los ayuntamientos tienen capacidad de rechazar esa subida. ¿Contempla esa opción?

-Es un escenario bastante improbable. Hasta el momento no hay un solo informe desfavorable al incremento de las tarifas. Realmente, esa subida sería aplicar las condiciones pactadas. Supongo que no habrá mayor problema y que solo habrá que ultimar los detalles.

-Esta decisión puede perjudicar a muchos ciudadanos que dependen del taxi para desplazarse. Sin embargo, es un medio de transporte público, pero con precios más altos se puede excluir a la gente con rentas más bajas.

-El servicio que hace el taxi, de dejar a alguien justo en el sitio al que quiere ir, hay que pagarlo. Eso hay que tenerlo claro. Ahora bien, la subida será de acuerdo con el IPC, por lo que tampoco hay que generar alarmismo. El que ahora se pueda permitir montar en un taxi, lo seguirá haciendo.

-En otras autonomías, el taxi compite con Uber o Cabify. ¿Tiene miedo a que lleguen a Asturias?

-Aquí no pueden implantarse o, al menos, hacerlo con arreglo a la ley. La única opción sería comprar una VTC a los taxis, pero nosotros no queremos que nuestros clientes acaben con una subcontrata.

-El precio del combustible continúa disparado. El Gobierno de Pedro Sánchez aprobó una subvención de veinte céntimos por litro. ¿Es suficiente con esto?

-Sería suficiente si hubiera dejado de subir desde aquel momento. Nos dio veinte céntimos por litro, pero ha aumentado cuarenta céntimos desde entonces, así que es poco. Para que la medida fuese realmente eficaz, habría que subirlo otros veinte céntimos.

-Los transportistas se quejaban de trabajar a pérdidas. ¿Hay taxistas en esa situación?

-No. Nuestra profesión no tiene nada que ver. Un camión se enfrenta a un depósito de mucha mayor capacidad y consume muchos más litros. Además, nosotros tenemos unas tarifas que aseguran que nadie trabaje perdiendo dinero.

-Este verano se ha recuperado la actividad tras la pandemia. Supongo que eso será un alivio.

-Estamos muy contentos con este periodo estival y con la llegada del turismo. Además, ha vuelto el ocio nocturno y sus clientes son una fuente de ingresos importante porque a esas horas hay menos opciones para desplazarse.

-Supongo que el búho les resta clientes.

-El sector ve al búho como un aliado, no como un enemigo. Creo que hace una función complementaria muy importante porque, además, hay más demanda que oferta de madrugada. La gente quiere volver a su casa cuanto antes al terminar la fiesta y, además todos lo quieren hacer a la vez. El hecho de que haya más opciones evita los conflictos.

-¿Estos son frecuentes?

-A veces hay alguno, pero en general no suelen producirse. Los taxistas tratamos de tener tacto para evitar males mayores que siempre son desagradables.