Imagen de José Ramón Gutiérrez en su etapa de edil. JUAN CARLOS ROMÁN

Sotrondio llora a José Ramón Gutiérrez, exconcejal socialista de Medio Rural

Padre del director de EL COMERCIO Marcelino Gutiérrez y de la escritora Vanessa Gutiérrez, será despedido esta tarde en el Tanatorio de La Florida

M. VARELA / CH. TUYA

GIJÓN.

Lunes, 27 de enero 2020, 02:53

Se fue como vivió. Discreto, sin querer figurar, sin buscar la fotografía ni protagonizar el titular. Se fue sin avisar, porque su mala salud, la que le llevó en numerosas ocasiones al quirófano, no hacía presagiar que, esta vez, el corazón, el gran corazón, de José Ramón Gutiérrez Iglesias se iba a parar. Pero paró.

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Y, de repente, todo pareció ponerse en marcha. Sus amigos, sus vecinos y sus familiares quisieron sacar a la luz lo que su discreción y humildad ocultaban. Y Sotrondio llenó el Tanatorio de La Florida para llorar al amigo, al minero, al político al que siempre atribuyeron algo que muchas veces se echa en falta en ese colectivo: «Ramón tiene palabra».

Porque a José Ramón Gutiérrez Iglesias los suyos le llamaban Ramón. Unos suyos que eran tanto los de su Urbiés natal, donde nació hace 67 años, como, sobre todo, los habitantes de San Martín del Rey Aurelio. No hay localidad del concejo en el que no conozcan a aquel concejal socialista que, entre 2001 y 2011, bajo los mandatos de tres alcaldes, Graciano Torre, Ignacio Fernández y César Núñez, llevó las áreas de Medio Rural y Servicios Municipales.

«Debió conocer hasta el nombre de cada vaca», comentaba ayer alguien que le vio perseverar para que El Florán fuera, cada año, escenario de un más perfecto concurso de ganado. «El año que viene será mejor», decía el concejal en 2002 y en 2003 se comprobó eso de que «Ramón tenía palabra», porque la feria volvía a crecer. Y así al año siguiente. Con él, la Feria de Muestras y Exposiciones (Femex) batió récord de participación, superando los 25.000 asistentes en 2009.

Una vocación, la política, que este socialista de base tuvo siempre, pero a la que se dedicó después de jubilarse de la mina. Un accidente en una mano le separó del tajo, pero no del valle sanmartiniego donde se instaló con su mujer, Celestina González, Tinina, su amor, su todo durante cuarenta años, y donde crió a sus dos hijos. Ambos heredaron de su padre el amor por la palabra.

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Porque si «Ramón tiene palabra», tanto Marcelino como Vanessa la cultivan a diario. El primogénito dirige EL COMERCIO. Un diario que vio nacer a Marcelino Gutiérrez en el periodismo, un diario en el que ha pasado por todas las áreas y del que, como su padre con San Martín del Rey Aurelio, conoce cada rincón. Y la niña, «su niña», es Vanessa Gutiérrez, escritora galardonada, poetisa y activista del cuidado de la llingua, hasta el punto de ser considerada uno de los referentes de la nueva poesía asturiana.

«La mi fía ya publicó», comentaba emocionado su padre a los periodistas con los que trabó amistad durante su época en el Consistorio sanmartiniego, a los que nunca ocultó el orgullo que sentía, que siente, por la carrera de su hijo. Aunque, ni el buen hacer con las letras de uno ni de la otra han podido competir con la felicidad que supuso para Ramón el nacimiento de Mari Luz. Su nieta, la adolescente que aún no puede creer que su güelu, que Ramón, el que «tiene palabra» se haya ido como era, discreto. Sin avisar.

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Una sorpresa que marcaba los rostros de todos los que ayer abarrotaron el Tanatorio de La Florida, en Sotrondio. Por allí pasaron representantes del Gobierno regional, del periodismo, de la vida municipal asturiana y, sobre todo, amigos y vecinos. Una sorpresa que, a buen seguro, seguirá presente en los que hoy acompañen a la familia en la sala 2 hasta que, a las cinco de la tarde, se lleve a cabo la Celebración de la Palabra. La que Ramón tenía.

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