Sotres: tragedia en un pueblo aislado

Desde un primer momento los vecinos de Sotres dieron aviso al 112 Asturias que, a su vez, se puso en contacto con la Guardia Civil, a las once de la mañana, para informarles del fallecimiento. Desde el instituto armado, dada la imposibilidad de acceder al lugar por carretera, pues esta llevaba cortada desde el domingo por la tarde por la acumulación de nieve, se decidió poner en marcha al helicóptero de la zona de Asturias. En un primer momento la aeronave se desplazó desde La Morgal hasta Cangas de Onís para recoger a los efectivos del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) y llevarlos a Sotres y, ya en un segundo viaje, trasladó también a los agentes de la Policía Judicial y al médico forense. Para facilitar el aterrizaje, los propios vecinos se unieron e improvisaron un helipuerto en medio del grueso manto de nieve, que en algunos puntos llega a los dos metros de espesor.

Una vez que los agentes realizaron una primera inspección ocular del lugar del suceso, se ordenó el levantamiento del cadáver, que fue trasladado por aire hasta Cangas de Onís y desde allí, por tierra, hasta el Instituto de Medicina Legal de Oviedo, donde se le practicará la autopsia para determinar las causas concretas de la muerte. En principio y hasta conocer el resultado de dicho examen, indicaron desde la Benemérita, «se baraja como más probable la intoxicación con monóxido de carbono» debido al incendio que se produjo en el interior de la vivienda. Este, al parecer, fue provocado por «la deflagración de una botella plástica que contenía una sustancia acelerante tipo aguarrás o similar, que se presume que utilizaba para encender la chimenea».

Miguel López era el único residente del edificio y, según apuntaron ayer fuentes de su entorno, todo parece indicar que llegó a percatarse del incendio, pues fue hallado junto a la puerta de su dormitorio.

El trágico fallecimiento del cabraliego dejó conmocionado al pueblo, donde le definen como un hombre «carismático» y muy implicado en el día a día de la vecindad. Miguel era natural de Sotres, si bien parte del año residía en Torrelavega (Cantabria), donde también viven sus dos hijos. Su mujer había fallecido hace años y él, minero de profesión, estaba jubilado desde hace dos décadas. A Torrelavega se había ido para trabajar en la mina de Reocín, después de que cerrase la de Áliva, pero hacía tiempo que, tras jubilarse, había retornado a su pueblo, donde ahora mismo se respira una honda tristeza.

«Miguel era muy querido por todos. Siempre estaba alegre, con alguna palabra de ánimo y dispuesto a lo que fuera por los demás. Cuando hacía falta ayuda para algo, él era el primero», indicaban ayer en Sotres. Y agregaban que «disfrutaba mucho con la gente, le encantaba cantar y bailar, pero también dar paseos con su perra». «Era un jubilado que trataba de disfrutar de su pueblo y de la tranquilidad que este le aportaba, así como de sus amigos», apuntaron.

Tras el complejo operativo de rescate del cadáver debido al mal estado de la carretera AS-264, que llevaba cortada casi 72 horas, la máquina fresadora conseguía llegar a última hora de la mañana a la localidad. Sin embargo, la situación en la vía sigue siendo «sumamente peligrosa», tal y como indicaban los propios vecinos, quienes llevan todas las Navidades pidiendo prudencia a los conductores. «Hay muchísima nieve acumulada en los neveros y pueden caer en cualquier momento», advirtieron.