Los socios de gobierno defendieron posiciones opuestas en sus últimos programas electorales

Se decía que «preferentemente» el nuevo combustible se utilizaría en procesos de valorización química, pero, caso de ser inviable, «también se debe dejar abierta la puerta» a almacenar los fardos «así como a la valorización energética». Bajo este concepto se conocen procesos de combustión como la incineración pura o la coincineración. «Esta valorización energética contemplará únicamente el aprovechamiento en instalaciones de combustión para la generación eléctrica u otras instalaciones industriales, tanto dentro como fuera del Principado, o en instalaciones de incineración de residuos que estén ubicadas fuera del Principado», marca un documento que, mientras esté en vigor, es de obligado cumplimiento para el Gobierno autonómico y Cogersa.

Conocedores de que uno de los retos de la legislatura es elaborar un nuevo plan que aborde lo que se hará con las entre 150.000 y 160.000 toneladas anuales de combustible que va a producir Cogersa, la FSA y Convocatoria por Asturias (la coalición en la que está IU), fijaron posición en los programas con los que concurrieron a las elecciones.

El de la FSA promete trabajar «con la industria para impulsar la utilización de materias primas secundarias y combustibles procedentes de residuos urbanos e industriales». El de Convocatoria opone que «el combustible sólido recuperado no es una opción viable en el marco de la política ambiental» y «la incineración de plásticos y otros residuos debe desaparecer». Insta a que desaparezca la incineración «tanto en cuanto a quema de residuos como a quema de biomasa».

El acuerdo de gobierno salva la contradicción eludiendo entrar en ella. Lo que pactaron ambos socios es hacer un nuevo plan 2025-2030, «en el que se realizará la evaluación de la necesidad de infraestructuras adicionales de instalaciones de residuos».