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Si las circunstancias políticas no lo impiden, la negociación del acuerdo de investidura está empezando a amenazar la brillantez de lo que deben ser fechas históricas para Asturias, las de la inaguración y la puesta en funcionamiento de la variante de Pajares.
Y ello es así porque la totalidad de los sindicatos de Renfe y del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias acaban de convocar una huelga contra uno de los puntos que se están negociando en el acuerdo de investidura entre el PSOE, Junts per Catalunya y ERC, el traspaso del servicio, la gestión y las infraestructuras de los trenes de cercanías en Cataluña, también conocidos como Rodalíes. Los sindicatos convocaron este martes una huelga que tendrá lugar los días 24 y 30 de noviembre y 1, 4 y 5 de diciembre, si las negociaciones que se puedan establecer con los sindicatos no lo remedian o si no se evita el traspaso de las competencias en cercanías a Cataluña.
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Lo malo es que el día 30 está prevista la activación de la variante de Pajares. Será el día en el que circulen los primeros trenes por la infraestructura que asturianos, castellanoleoneses y madrileños, fundamentalmente, llevan esperando más de dos décadas, y lo acabarán haciendo, si nada lo impide, en servicios mínimos, una decisión que depende del Ministerio de Transportes. Por ejemplo, en la huelga convocada en julio pasado se determinó que en el caso de la Alta Velocidad y Larga Distancia los servicios mínimos serían el 73%; en Media Distancia, el 65%, y en Cercanías, un máximo del 75% en horas punta y de un 50% para el resto de horarios. Claro que en este caso en la variante un 73% de los servicios programados puede quedarse muy corto por dos cuestiones: la primera, que el entusiasmo de los viajeros, muy en especial de los asturianos, por la apertura de la variante y por los precios promocionales ha llevado a que la práctica totalidad de las plazas esté ya vendida, de forma que se genera un problema al que tendrá que hacer frente Renfe. Otra, que además se trata del fin de semana previo al gran puente de diciembre (la huelga afectaría al primer, segundo, quinto y sexto días de apertura de la variante, un jueves, un viernes, un lunes y el martes inmediato).
La posición sindical y la elección de fechas no es, pues, casual. El día 29 de noviembre está previsto en gran acto de inaguración de la variante, en principio con presencia de los Reyes de España y el que para entonces debería ser presidente ya no en funciones, sino investido del Gobierno, Pedro Sánchez, dado que el plazo para la investidura finaliza el 27 de este mes. Que se inaugure la variante un miércoles y que los usuarios se encuentren el jueves con una huelga al llegar a las estaciones puede suponer un coste en imagen muy notable.
UGT emitió este martes un comunicado para explicar que «hemos exigido al ministerio el cumplimiento de una serie de premisas innegociables y que se resumen principalmente en el mantenimiento de la integridad tanto de la Red de Infraestructuras Ferroviarias (gestionadas por Adif), como de Renfe Operadora, a la vez que se garanticen los derechos de los trabajadores y trabajadoras, no sólo los económicos sino, también, los profesionales y de movilidad».
El comunicado, en el que la central celebra «que la totalidad de las organizaciones sindicales secunden la protesta», lo emite UGT, la central más cercana políticamente a los socialistas. Pero, recordando que «UGT es un sindicato negociador, que siempre trata de resolver los conflictos por esta vía», subraya que «no se puede ni se debe confundir esta forma de actuar con una debilidad o renuncia a nuestros legítimos intereses, que no son otros que la defensa de los trabajadores del sector ferroviario, a la vez que el mantenimiento de los criterios de equidad y universalidad que se debe mantener en el transporte ferroviario, como servicio público esencial», motivo por el cual se rechaza el traspaso de las competencias en Cercanías a la Generalitat de Cataluña.
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