El Simpa presionará a Salud para reducir de 1.000 a 200 euros el régimen de exclusividad

A la espera de que se retomen las negociaciones con la Consejería de Salud, el Sindicato Médico Profesional de Asturias (Simpa) ya tiene diseñadas cuáles serán sus reivindicaciones en el nuevo curso político que acaba de comenzar. Y el régimen de exclusividad será uno de sus principales caballos de batalla. La organización sindical presionará al Servicio de Salud del Principado (Sespa) para que rebaje la penalización salarial que se aplica a los facultativos que compatibilizan sanidad pública y privada. Una reivindicación histórica «a la que ya es hora de dar respuesta de una vez por todas».

El Simpa aspira a que esa penalización, que ahora supera los 1.000 euros mensuales, se reduzca a «unos 200», que es lo que dejan de percibir «de media» en España aquellos médicos del sistema público de salud que renuncian al complemento por dedicación exclusiva. Actualmente, Asturias es la comunidad donde se produce una mayor merma salarial. En Galicia, el régimen de exclusividad está valorado en 180 euros; y en Cantabria o Castilla y León no llega a los 30 euros.

«Luego nos quejamos de que no hay dermatólogos o psiquiatras. La privada es muy atractiva en estas dos especialidades y si no se flexibiliza el régimen de exclusividad, menos especialistas que vamos a tener», señala el secretario general del Sindicato Médico, que hoy celebrará un desayuno informativo en su sede de Oviedo para hacer una radiografía de la situación y detallar cuáles son sus propuestas de mejora. José Antonio Vidal recuerda a la Consejería de Salud que se comprometió a estudiar el asunto. De eso, hace ya casi un año: «Ese compromiso debe ponerse sobre papel»».

Los responsables de la sanidad pública asturiana siempre han sido muy reacios a flexibilizar el régimen de exclusividad, que se ha ido reduciendo progresivamente en el resto de comunidades. «Una cuestión ideológica que supone una traba para captar médicos», sostiene Vidal, «y que hay que abordar cuanto antes». El déficit de facultativos también está detrás de las otras dos cuestiones que pelearán en este último trimestre del año. A saber: los puestos de díficil cobertura y la contratación de los MIR que acaban su residencia el 24 de septiembre.

«Pediremos que empiecen a implementar la incentivación de los puestos de difícil cobertura ya, sin esperar a la aprobación del nuevo mapa sanitario», urge el secretario general del Simpa. La Consejería de Salud está negociando este asunto con los sindicatos, al mismo tiempo que tramita una reordenación del sistema sanitario que reducirá a tres grandes áreas de gestión las ocho actuales. Ambas cuestiones van unidas, aunque, «si ya están definidos los puestos y servicios que se van a incentivar, por qué esperar» a que el nuevo mapa sanitario se apruebe en 2025.

Según el Sindicato Médico, «lo de menos es dónde pone las rayas la Consejería o de qué color pinta cada área sanitaria en el mapa. Lo que se necesita es cubrir esos puestos, porque ese es uno de los grandes problemas que tiene la sanidad». La idea es compensar a los facultativos que ocupen estos destinos menos atractivos con incentivos económicos –6.000 euros extra el primer año, 7.200 el segundo y 8.400 el tercero– y mejoras laborales, como flexibilidad horaria o mayor puntuación en los concursos públicos.

«No hay más vueltas que dar. Esto se tiene que aplicar de inmediato», defiende el Simpa, que pone el foco también en la necesidad de «hacer lo imposible para que los residentes de último año se queden» en la sanidad pública asturiana. Cerca de 90 médicos terminarán la formación sanitaria especializada en diez días. «y hacen mucha falta». José Antonio Vidal entiende que «hay que ofrecerles estabilidad», porque, según los cálculos del sindicato, existe un déficit de 360 facultativos, un centenar en Atención Primaria.