Los usuarios celebran que Parque Principado recupere su nombre original

Tanto es así, que personas como Elías Coral, que vino de Argentina hace dos años, cuando el centro comenzaba a ondear el naranja como color corporativo, asimilaron Parque Principado de manera casi natural. «Todas las personas que conozco se referían al centro ya no como Parque Principado, sino como 'Parque Prin' y, al final, se me pegó», comentó.

Coral, de 26 años, valoró que el área «está bastante completa», aunque abogó por «dar variedad» a la oferta actual de tiendas e, incluso, de restaurantes.

El cambio de nombre e imagen se harán efectivos previsiblemente en verano, indicó el pasado miércoles el gerente del centro gestionado por Cushman & Wakefield, Fernando García, pero el sentir general es haber recuperado una identidad nunca arrebatada. Con 32 años, Adrián Hernández, de Gijón, no dudó a la hora de asegurar que «todo el mundo» ha mantenido la misma forma de referirse al renombrado Intu Asturias. No descartó la posibilidad de añadir «un gimnasio» para completar la oferta y aprovechar el amplio aparcamiento a modo de «alivio de la ciudad» como nueva estrategia de marca.

Por su parte, Adriana de San José, de Langreo, y Paloma González, de Avilés, lo tuvieron también siempre claro: Ni Intu ni Parque Principado; «Parque Prin, de toda la vida», aseveró San José. González, ama de casa, de 58 años, admitió que a ella también le «gustaba más el nombre de 'Parque Prin'», ya que siempre lo llamó así. «Eso de Intu Asturias nunca lo dije», dijo convencida.

Su vecina de Avilés, Leticia Ordóñez, de 33 años es, además de usuaria frecuente, trabajadora del centro. Aun así la noticia del cambio de nombre le cogió tan por sorpresa como a cualquiera. «Igual está mal que lo diga, pero no sabía nada», confesó. Ni siquiera estaba segura del cambio de dueños, los empleados del centro no se han visto sacudidos por los cambios de titularidad. «Ahora que había conseguido decir Intu Asturias van y lo cambian», se lamentó, finalmente, en tono jocoso. «Pero me parece bien, vuelve a tener la esencia inicial».

El poleso Carlos Miguel Iglesias, de 34 años, se mostró más crítico con los ingleses: «Ya era hora; Intu Asturias no lo llamó nadie». A este joven, si «no cuesta dinero», le parece «bien» que el ya emblemático centro comercial asturiano recupere su identidad. Eso sí, puestos a ver un verdadero cambio, Iglesias propuso que «no todo fueran tiendas». «Estaría bien alguna librería o biblioteca de intercambio de libros o algún lugar dedicado a acción benéfica para darle 'vidilla' al sitio más allá de la ropa». Mil ideas para un sitio que solo tuvo un nombre para muchos.