El fotógrafo poleso Charly López ha conquistado por segundo año consecutivo el premio a la mejor fotografía del Rally Dakar, celebrado a principios de año en Arabia Saudí. Es la tercera ver que acude a capturar las mejores instantáneas de la competición, que este año ... también se ha visto afectada por la crisis del coronavirus. De cara al futuro, López tiene pensado seguir aventurándose en el mundo del ciclismo y probar nuevas experiencias con coches eléctricos en lugares tan remotos del mundo como Groenlandia o Senegal.
-¿Se esperaba volver a ganar el premio por segundo año consecutivo?
-Para nada. Este año fue una sorpresa más que nada porque no tenía pensado participar. Fueron mis amigos y compañeros los que me convencieron para presentarme, minutos antes de que venciese el plazo. No contaba con que la fotografía fuese la ganadora de nuevo. Es una alegría tremenda que vuelvan a valorar el trabajo.
-¿Qué supone en términos laborales hacerse con un premio como este?
-La visibilidad se nota mucho. El año pasado me salieron varios trabajos a raíz de haber participado como fotógrafo en el rally y, sobretodo, por haber ganado el premio. Cuando vas a buscar trabajo este tipo de distinciones las valoran. Este año confío en que vaya por la misma línea.
-¿Cómo fue el proceso para sacar la instantánea premiada?
-Fue en la segunda etapa. Íbamos en helicóptero, vi las dunas y le dije al piloto que se parase sobre ellas para esperar a un participante. Tardó unos diez minutos. Hay cierto componente de casualidad en este tipo de fotos ya que en una competición en el desierto no existe una carretera por donde se pase sí o sí.
-¿Qué busca transmitir con esa foto?
En principio tenía pensado tirarla con el teleobjetivo para que el plano principal lo ocupase una moto. Sin embargo, le di una vuelta y, la final, decidí tirar con el gran angular. Lo que intenté transmitir, con un juego de luces y sombras, es la inmensidad del desierto.
-¿Cómo cambió el coronavirus al Dakar?
-La principal diferencia, lógicamente, es que tuvimos que presentar una PCR negativa. Luego tuvimos que hacer otra allí y estar tres días de cuarentena. A lo tonto salí de casa la tarde de Navidad. En Arabia Saudí no noté mucho cambio, con respecto a las medidas que hay en España. En términos laborarles sí que era todo un poco más restrictivo. El año pasado convivíamos con los corredores y en esta ocasión había que mantener las distancias, los principales equipos se protegían y era más difícil acceder a ellos.
-¿Cómo es la principal rutina de un fotógrafo del Dakar?
-El día empieza muy pronto. Nos levantábamos a las cinco de la mañana y una hora después ya estábamos, en helicóptero, rumbo a la zona donde se inicia la etapa. Es un trabajo muy dinámico, que realizamos de manera constante durante 11 horas. Durante las etapas, la organización nos va pidiendo las fotografías para ir actualizando las redes sociales, por lo que el trabajo tenemos que hacerlos desde el mismo helicóptero. Una vez que estas en el campamento tienes hasta las nueve de la noche para editar, que es cuando cortan el internet.
-¿Por qué cortan el internet?
La competición tiene carácter nómada y los encargados de garantizar la conexión a internet tiene que viajar por la noche para que por la mañana la zona donde comienza la etapa cuente con el servicio. Son unas máquinas.
-En tu palmarés ya cuentas con tres Rally Dakar, un tour de Francia y una Vuelta a España ¿Cuál es el siguiente objetivo?
-Me gustaría seguir haciendo ciclismo. La experiencia me gustó mucho y es algo que no controlo. Me motiva bastante. También voy a ir a un campeonato de coche eléctrico, que se va a realizar en Groenlandia, Arabia y Brasil. Tengo muchas ganas de conocer esos sitios, este trabajo es como vivir una aventura constante.
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