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Plano del punto limpio
Siero ya valora implantar un segundo punto limpio en su zona occidental

Siero ya valora implantar un segundo punto limpio en su zona occidental

La planta de la Pola incluirá una novedosa zona dedicada a dar una segunda vida a muebles y electrodomésticos entre otros residuos

mónica rivero

Martes, 22 de junio 2021, 14:30

Siero ya piensa en su segundo punto limpio. Con la cesión a Cogersa de la parcela en la que se ubicarán las nuevas instalaciones de gestión de residuos en la Pola a punto de formalizarse --será punto del día del Pleno de este jueves--, el alcalde, Ángel García, y la concejala de Innovación y Patrimonio, Aida Nuño, anunciaron este martes junto a la gerente del consorcio, Paz Orviz, que el Ayuntamiento ya se plantea la creación de un nuevo enclave dedicado al reciclaje en la zona occidental.

«Tenemos una gran carencia en este sentido dada la población y gran actividad industrial del concejo», coincidieron García y Nuño en referencia a la necesidad de tener una segunda planta de reciclaje. El siguiente paso, una vez oficializada la cesión del punto de la Pola, será redactar el proyecto técnico, lo que tardará, calcula Orviz tres meses. Si los tiempos acompañan las obras se iniciarán en 2022 y en seis meses -ya a finales- podrá inaugurarse la planta de gestión de residuos.

Ángel García, Aida Nuño y Paz Orviz frente a la parcela Pablo nosti

No ha sido fácil conseguirla. García recordó ayer en su visita a la parcela polesa, situada en El Bayu, que el rechazo vecinal obligó a cambiar el punto limpio de su primera ubicación propuesta junto al Mercado de Ganados. Antes incluso, había existido la idea de implantar el centro en La Fresneda, donde los habitantes de la urbanización también se opusieron. Aun así, el regidor ya pone la vista en la zona occidental del municipio. «Es otro de nuestros objetivos y estamos trabajando en ello», adelantó el alcalde. La dificultad, admitió, es siempre la misma: Encontrar una ubicación cercana a la población y a su vez lo suficientemente alejada para que no genere molestias. Un equilibrio difícil de mantener. En el caso de El Bayu, la finca cercana al Tanatorio de La Meana, «los muertos no se han quejado y los usuarios del campo de fútbol tampoco», bromeó García.

Orviz, quien se apresuró a desmentir la ironía que supone que los llamados puntos limpios causen rechazo en la población por ser considerados fuente de suciedad indicó que «así se lo imaginan los que no los conocen». A este respecto mencionó la recientemente inaugurada planta de Nava, última en su género. Un centro que ha «aprendido» de los anteriores para convertirse en las instalaciones no solo más operativas, sino «más bonitas».

Condiciones «idóneas»

En la actualidad Cogersa cuenta con 19 puntos limpios y otros 3 en avanzada fase de tramitación: Gozón, Valdés y Llanera, en cuyo caso se está adaptando el proyecto a la finca ofrecida por el Consistorio, lejos de los núcleos de población.

Siero juega con ventaja a la hora de negociar con Cogersa la implantación de los puntos limpios y es, precisamente, su predisposición a ofrecer este tipo de instalaciones a sus ciudadanos. «Aquí no hay que venir a convencer a nadie ni hacer labor comercial», comentó la gerente, quien agradeció también las facilidades para recuperar el «tiempo perdido» en las reubicaciones.

La parcela de El Bayu cuenta, según indicó la directiva, con 5.000 metros cuadrados -poco más que su vecina naveta- en un terreno que reúne las condiciones «idóneas» para el punto limpio. «Cada vez necesitamos más espacio porque cada vez son más los residuos que la legislación nos va a obligar a segregar». A día de hoy Cogersa separa hasta una veintena de desechos, entre ellos escombros, muebles, chatarra, neumáticos o plásticos agrícolas.

A los ocho o diez grandes contenedores y la marquesina dispuesta para los pequeños residuos del hogar se sumará la posibilidad, que el alcalde ya ha abrazado, de implantar en el punto limpio de la Pola una «zona de preparación para la reutilización». «Esto quiere decir que si una persona se desace de un mueble o un electrodoméstico pero no lo quiere tirar porque considera que todavía tiene vida puede dejarlo ahí», explicó Orviz. Un proyecto de «economía circular» que García ha aceptado sin ninguna duda.

En Gijón, en Roces, la experiencia piloto ya ha demostrado la viabilidad de la idea que no se queda ahí, Cogersa también plantea que estas zonas puedan trabajar con planes especiales de empleo o movimientos asociativos locales.

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