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PAULA FERNÁNDEZ
EL BERRÓN.
Martes, 1 de junio 2021, 02:35
El Berrón llora la pérdida del empresario Ignacio García Fernández, fallecido el domingo a los 93 años en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Un hombre ligado a la localidad sierense gracias a su vinculación a la hostelería y más tarde a la hostelería, sectores que le dieron muchas alegrías y gracias a los que labró grandes amistades en la zona.
Familiares y amigos le darán hoy el último adiós, a una de la tarde, en la iglesia de El Berrón. La capilla ardiente para acompañar a la mujer, Josefina Canellada; sus tres hijos, Irene, Isabel e Ignacio, y sus cuatro nietos está instalada en el tanatorio Meana de Pola de Siero.
La historia del hotel Samoa, y con ella sus años dorados con Ignacio García Fernández al frente de este establecimiento, se remontan a las fiestas locales. El hostelero, junto a Francisco Rozas Carral y Mariano Suárez Piquero (el dueño de la finca donde se ubica el hotel), comentaron a Joaquín García, sobrino de Ignacio y miembro de la sociedad de festejos de El Berrón, la idea de instalar un baile al lado del prao de la fiesta. Así nació en 1963 el conocido como 'Baile del Chocolachú', que se inauguró con la orquesta Langreana y Los Príncipes de La Coruña, que contaban con el vocalista Pepe Pita. Poco después, también con fiesta de por medio, se encontraron Mariano Suárez, Ignacio y José Ramón Sánchez Quince en el Copa Club de Oviedo y llegaron a El Berrón con una idea empresarial redonda.
García, el sobrino de Ignacio, recordó ayer que «llegaron a mi casa a las once de la noche para proponerme el negocio y me esperaron en el bar La Figal. Al día siguiente, me recogieron en la peluquería de mi padre y fuimos a Fonciello a ver a los hermanos Sánchez Quince para hacer el baile en El Berrón. Al final, acabamos en Oviedo, donde vimos al arquitecto que hizo el proyecto del Samoa».
Los socios pidieron créditos al banco para poder afrontar los gastos de la obra y, al necesitar liquidez, el 17 de abril de 1966, con las obras a medias, dieron el primer baile al aire libre. «Venían autobuses de Oviedo cargados de gente. Y, cuando llovía, los clientes cogían las mesas y sillas y las metían dentro del local, que aún no estaba terminado», rememoró el familiar. El 27 de septiembre del mismo año dieron el primer baile cerrado y, desde entonces, no pararon de acoger celebraciones de todo tipo. Más adelante, a principios de la década de los setenta, empezaron a construir el hotel y echaron a andar la cocina. «La primera boda fue de un cliente, Maximino, y para darla tuvimos que alquilar los cubiertos y los platos en La Pola», recordó.
Ignacio García, como fundador de esta idea empresarial, estaba pendiente del devenir del Samoa en todo momento. «Estaba en la taquilla vendiendo entradas y era el encargado del mantenimiento. Soldaba, lijaba o hacía lo que hiciera falta», comenta. Isabel García, hija de Ignacio, recordó ayer con nostalgia los años del Samoa, con su padre controlando todo lo que ocurría en el local. «Mi padre siempre estaba o en la taquilla o en la sidrería, en la mesa del fondo. Los camareros eran como de la familia y lo llamaban 'tío Ignacio'. Eran muy míticas las comidas que hacían los camareros del Samoa. Los miércoles descansaban y en verano íbamos a los lagos de Covadonga con todo el personal del Samoa y mi padre preparaba paellas para cuarenta o cincuenta personas», recuerda Isabel.
El Samoa, al igual que La Gruta en Oviedo, fueron dos referentes en Asturias en los años 70 y 80. «Fueron los que más bodas hicieron. El Samoa dio mucha vida a El Berrón, fue una época maravillosa», añadió su hija. Por allí pasaron multitud de asturianos, ya que acogía banquetes de todo tipo, fiestas de jubilación de trabajadores de Ensidesa y de la Caja de Ahorros de Asturias, pincheos del personal del Principado e incluso recibió a personalidades de la época como el político Manuel Fraga o el cantante Luis Aguilé, quien actuó en el Samoa con escaso público al coincidir su llegada con las fiestas locales.
Hoy, El Berrón despedirá a la una de la tarde a uno de los artífices de que el Samoa se hiciera realidad: Ignacio García Fernández, una persona querida por los vecinos y muy conocida entre los hosteleros de entonces y de ahora. De hecho, legó su amor por el sector a su hijo, Nacho García, quien es chef de El Balcón de El Sueve, en Luces (Colunga).
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