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Rosana Suárez
Miércoles, 29 de marzo 2023, 13:03
El juicio al acusado de robar joyas y estafar a su tía, vecina de Ribera de Arriba, para el que la Fiscalía del Principado de Asturias pedía ocho años de prisión, quedó este mediodía visto para sentencia. Los hechos por los que se le enjuició ocurrieron entre 2018 y 2019. El Ministerio Fiscal sostiene que el acusado fue a visitar a su tía a Ribera de Arriba. Aprovechando la relación de parentesco y confianza que había depositado en él, y un descuido de la mujer, se apoderó de varias joyas que tenía guardadas en un armario de la habitación. El acusado lo abrió con un destornillador ya que estaba cerrado con llave. El escrito de Fiscalía apunta que posteriormente vendió las joyas en un establecimiento de Oviedo, obteniendo 7.619,15 euros por ellas.
En otra ocasión, le pidió prestadas unas joyas a su tía, sin devolverlas. En concreto, fue una cadena de oro con un colgante de la Virgen de Covadonga, rodeada con un aro, con un crucifijo y una cruz de Caravaca; una cadena de oro con un colgante de la Virgen de Covadonga, y una pulsera rígida de oro con una medalla con un símbolo Aries. Las joyas fueron valoradas en 1.095,16 euros.
Además, según la fiscal realizó 86 transferencias sin permiso por importe de 36.826 euros desde la cuenta de su tía a la suya, a través de la cuenta electrónica que dio de alta durante una visita a la oficina bancaria junto a la mujer, que, a su vez, tenía la cuenta a medias con su cuñado. Por otro lado, suscribió tres créditos bancarios por internet. Así, se hicieron ingresos en una cuenta por importe 17.000 euros.
La Fiscalía del Principado de Asturias había pedido orden de busca y captura para el acusado al no acudir el pasado mes de noviembre al juicio, que ayer finalmente se celebró. «No sé ni dónde guardaba las joyas. Cuando iba a visitarla yo la esperaba en la primera planta de la casa, ella bajaba con las joyas para que las empeñase. Incluso una vez me acompañó a uno de los establecimientos. Yo le llevaba los justificantes de empeño. Le pedí algunas joyas prestadas porque mi madre tenía una especie de fiesta y quería llevarlas. Mi tía me las entregó en mano», detalló el acusado. Una versión que choca con la de la víctima, que declaró en sede judicial que su sobrino no tenía conocimiento de dónde guardaba las joyas, pero «revolvió hasta encontrarlas». «No es verdad que le presté joyas, se apoderó de ellas. Tampoco le pedí que las empeñara», aseveró la anciana. En cuanto a las operaciones bancarias, explica que, en alguna ocasión su sobrino la acompañó al banco. «Yo iba una vez al mes a sacar dinero y en una ocasión, cuando fui a sacar 400 euros, me dijeron que no tenía allí ningún dinero, que me lo habían sacado todo. En el banco no me advirtieron de que se estaban haciendo transferencias y que había pedido tres préstamos», añadió la mujer.
El acusado reconoció que hacía transferenfias desde la cuenta de su tía a la de su madre -hermana de la víctima-, y operaciones bancarias. «Cada dos, tres o cuatro días iba a entregarle el dinero transferido a casa, en Ribera de Arriba. Desconozco para qué lo necesitaba», subrayó el hombre que, negó haber hecho operaciones con tarjetas de crédito y tener acceso a la banca electrónica de su tía. Según el acusado era la anciana quien realizaba estas operaciones, a pesar de que la mujer no tenía teléfono móvil ni acceso a internet.
La fiscal pide ocho años de prisión por robo con fuerza, apropiación indebida y delito continuado de estafa.
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