Piden siete años de cárcel para el acusado del atropello mortal de un joven en Llanera

El Ministerio Público considera probado que, sobre las 12.20 horas, Constantino N. M., entonces de 42 años, circulaba por la Avenida de Oviedo, en Gijón, conduciendo un Volkswagen Golf. De copilito iba la propietaria del vehículo. Conducía, según el escrito, «a velocidad excesiva y con peligro para el resto de los vehículos y peatones», por lo que una patrulla de la Policía Local de Gijón le dio el alto. Accionó los cuatro intermitentes del vehículo dando a entender su intención de pararse, pero al llegar a la altura del coche patrulla aceleró de repente y reanudó la marcha «a gran velocidad, esquivando al resto de los usuarios de la vía», sostiene Fiscalía. Perseguido por los agentes, se adentró en la carretera AS-II, «realizando maniobras peligrosas, como circular en zigzag» y al llegar a la altura de Llanera se salió de la autovía para tomar la AS-17. A la altura del kilómetro 19,107 sucedió el fatal desenlace. En un «tramo recto, con perfecta visibilidad, con doble sentido de circulación», el acusado adelantó a dos vehículos, invadió el arcén derecho y atropelló al joven, que en ese momento había salido de su domicilio, situado en el margen derecho de la carretera y transitaba por el arcén. Tal y como describe la Fiscalía, Jiménez «no pudo ver» el vehículo «ni desviarse porque estaba de espaldas» y el conductor «no accionó ninguna señal acústica para advertirle de su presencia».

La víctima salió despedida, quedó tirada en el suelo y falleció en el acto. Constantino N. M., según continúa la acusación pública, «en lugar de detenerse para atender al atropellado, y pese a que tenía fracturada la luna delantera del vehículo a consecuencia del impacto, lo que le dificultaba la visibilidad, continuó circulando de la misma forma peligrosa hasta llegar a la calle Carrión, de Posada de Llanera, donde se vio obligado a detenerse por la presencia de un camión frigorífico que le impedía continuar».

Contra los agentes

Ante esta situación, abandonó el vehículo y salió corriendo pero, al verse cercado por los agentes, que continuaban persiguiéndolo, se tiró al suelo y trató de esconderse, lo que no consiguió. Cuando llegaron a su altura «arremetió contra ellos con patadas y puñetazos, por lo que tuvieron que reducirlo, utilizando la fuerza». En el forcejeo dos policías resultaron lesionados.

En el momento de la detención se le realizaron las pruebas para la detección de drogas, resultando positivo en THC-25 (cannabis), sin embargo, el posterior análisis de saliva dio negativo y no se solicitó análisis médicos de contraste.

El examen policial tampoco observó que el acusado presentara signos externos de influencia de las drogas o alcohol en la conducción y tampoco que estuviera influido por estas sustancias en su forma de conducir.