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mónica rivero
Sábado, 14 de enero 2023, 20:10
«Nos cuesta trabajo entender que ya no nos vamos a encontrar en este mundo con la sonrisa y el gesto de complicidad de Kike, la expresión de su bondad». Era el párroco de Bimenes, José Manuel Francisco Fueyo, uno de los pocos que alcanzaban ... esta mañana a articular palabra para hablar del dolor que ha supuesto la pérdida del yerbato de 50 años, Enrique Gutiérrez Gómez. Sus amigos, vecinos y familiares no salían de su estupefacción tras enterarse de su muerte al chocar un coche el pasado jueves contra el camión de Cogersa en el que trabajaba como operario en Villaviciosa. «Estas cosas son un mazazo, no te las esperas, no es como si estuviese enfermo desde hacía tiempo o fuese muy mayor», coincidían entre lágrimas.
«Los que peor lo llevan son sus sobrinos, Jairo y Maikel, era como un padre para ellos», comentaban personas allegadas a la familia. No eran los únicos. A las puertas de la iglesia de San Emeterio, en Piñera, localidad natal de Gutiérrez, eran decenas las personas que se congregaban para dar su cariño y apoyo, sin embargo, a pesar del gentío, solo se escuchaban los sollozos de su madre, María Elena González, y su hermana, Maribel Gutiérrez. También los de su ex mujer, Lorena Redondo. «Gracias a todos por estar aquí», valoraron a través de las palabras del párroco.
«Nada quita el dolor de la pérdida de un ser querido, y más en estas circunstancias, pero si tenemos esperanza tenemos el consuelo de que un día nos volveremos a encontrar», alentó el religioso. A la misa no faltaron los alcaldes de Villaviciosa y Bimenes, Alejandro Vega y Aitor García, también asistió la gerente de Cogersa, Paz Orviz.
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