Noreña recuerda a sus zapateros

Les Families Zapateres de Noreña, colectivo formado por descendientes de los artesanos locales del calzado, se reunieron ayer en plaza de la Nozalera para celebrar el primer homenaje floral frente al monumento que recuerda a sus antepasados y su importancia en la historia de la villa condal, que llegó a contar con 350 talleres de calzado a finales del siglo XIX. Un acto que forma parte de la celebración de San Crispín, patrón de los zapateros de la villa condal. El homenaje fue breve, pero muy intenso. La concejala de Turismo Ana González, fue la encargada de dar el pistoletazo de salida: «¡Families Zapateres, al monumento!».

En primer lugar, la pequeña Lujan, hija, nieta y tataranieta de los Mortera, recitó dos poesías en asturiano. Pasado ese momento, Fernanda Valdés, promotora de la iniciativa, y la alcaldesa de Noreña, Amparo Antuña, fueron las encargadas de realizar una ofrenda floral, con una bota negra repleta de flores silvestres. El acto finalizó con una canción tradicional. «Viva San Crispín», gritó la multitud. La regidora comentó que la posibilidad de acudir al acto era un «honor», ya que es «importante recordar de dónde viene cada uno».

Ayer por la mañana, como es habitual, tuvo lugar la tradicional visita en la que se enseñó a los escolares la exposición permanente de herramientas del gremio de los zapateros, que se inauguró el pasado seis de septiembre en la Torre del Reloj. El centro ocupacional Adepas también acudió a visitarla. Por la festividad de San Crispín, la exposición estará abierta al público durante todo el fin de semana. Hoy, les Familes Zapateres celebrarán una suculenta comida con el menú tradicional de San Crispín: un plato compuesto por picadillo de gochu, varios huevos fritos y patatas fritas, cortadas en dados.