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CLARA G. SANTOS
LLANERA.
Lunes, 17 de octubre 2022, 02:03
Cuando el hermano de María José González (Llanera, 1957) sufrió un ictus y quedó postrado en una silla de ruedas, ella comprendió entonces el alcance de las pequeñas barreras con las que él tendría que batallar cada día. En 2016 se juntó a Juan Majada ... y otras siete personas para poner en marcha una asociación de afectados. Aquella primera reunión fue el germen de Llanera sin barreras, una entidad que pese a su corta andadura suma 115 socios y se ha convertido en todo un referente a nivel municipal. Tras el cese de Majada, María José González ha tomado el relevo.
-¿Cuáles son las líneas clave del proyecto tras la marcha de Juan Majada?
-La esencia sigue siendo la misma que él pinceló: eliminar las barreras sociales a la discapacidad para que después, poco a poco, vayan suprimiéndose las físicas. Lo que perseguimos es algo tan sencillo como que una persona en silla de ruedas pueda acceder a un bar, a una tienda o a un supermercado con total normalidad. Se trata, en definitiva, de asegurar la calidad de vida de quienes padecen discapacidad.
-¿Con qué barreras se encuentran hoy en día los vecinos de Llanera?
-Pues mira, el propio edificio del Ayuntamiento, por su antigüedad, carece de un ascensor. Se puede entrar, pero no subir al pleno. Esto, que no deja de ser anecdótico, se repite también en tiendas y supermercados donde hay un peldaño que impide el paso. Si vamos a las cifras, menos de la mitad de los comercios del municipio están adaptados a las necesidades de las personas con discapacidad. Queda mucha tela por cortar en materia de accesibilidad y lo bueno es que cada vez hay mayor concienciación al respecto.
-La sociedad está más sensibilizada, pero estos handicaps de los que habla siguen estando ahí. ¿A qué se debe?
-Las inercias pesan mucho. A veces se hacen obras que no tienen explicación. Por ejemplo, hace poco han hecho un edificio adaptado, pero en la acera contigua para no mojarte cuando llueve tienes que subir una escalera y cobijarte en los bajos. Si vas en silla de ruedas te mojas. El otro día, una asociada se quejaba porque no llegaba al telefonillo de su casa para marcar el timbre. Puede parecer tontería, pero hasta que no te pasa no te das cuenta de lo bueno que sería, para todos, una ciudad accesible.
-¿Cómo son las relaciones con el Ayuntamiento?
-Bastante buenas. En los últimos tiempos hemos notado una voluntad de cambio por su parte. Han ido adaptando parques y estamos manteniendo conversaciones con ellos para que se eliminen las barreras existentes en centros de salud. Ello supone tanto la instalación de rampas a la entrada como la adecuación de los baños a las necesidades de una persona en silla de ruedas. Otra de las reivindicaciones que está sobre la mesa es que se pongan más pasos de peatones en el paseo de Lugo a Posada. Es un tramo largo y va por carretera, si para cualquier persona ya es peligroso de por sí tomar el desvío, te puedes imaginar lo que supone para alguien en silla de ruedas.
-¿Se sienten respaldados por la gente de Llanera?
-Rotundamente sí. La gente delzona cada vez está más sensibilizada con los avatares a los que se enfrentan las personas discapacitadas. Antes pasaba que hasta que a alguien no le tocaba de cerca no se daba cuenta del impacto de las barreras. Estamos consiguiendo que sin tener vínculo alguno con la discapacidad la gente se fije dos veces en la accesibilidad de su entorno. En el barrio, por ejemplo, nos consultan a menudo nuevos comercios para cosas como a qué altura colocar un espejo de baño. Puede parecer una tontería, pero para un usuario en silla de ruedas no lo es.
-En cuestión de solo seis años se han convertido en todo un referente del ámbito asociativo municipal ¿Cuál es el secreto?
-Trabajo y más trabajo. (Risas). Tenemos muy interiorizado nuestro objetivo y tratamos de innovar para que el mensaje llegue cada vez más lejos. Hace tres años pusimos en marcha un desfile de moda por la inclusión y fue todo un éxito. El propio alcalde nos decía que no era fácil que en un evento de ese tipo se congregue a tanta gente de buenas a primeras. Creo que lo que nos distingue es que somos una asociación muy familiar. Nos conocemos y apoyamos unos a otros. Para nosotros, ver la cara de satisfacción de los socios es mucho más importante que cualquier otro premio o reconocimiento que nos pudiesen dar.
-¿Cuáles son sus retos más inmediatos?
-El 3 de diciembre es el Día Internacional de la Discapacidad y hemos convocado un concurso de fotografías y carteles en los tres colegios y el instituto de Llanera. Seguiremos también con los talleres en centros educativos para que los niños puedan tener la experiencia de subirse a una silla de ruedas. Queremos trabajar para darnos a conocer, pero también disfrutar del proceso sin prisas. Contamos con un equipo de personas proactivas que estoy segura de que lo harán todo mucho más fácil. Otro de los objetivos es mantener los talleres semanales de fisioterapia, psicología y logopedia que se imparten a los socios. Este año, como novedad, hemos incorporado uno de ajedrez y no descartamos que vayan surgiendo otros.
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