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La rapidez es vital en emergencias. Los agentes de la Guardia Civil del área de Seguridad Ciudadana y de Tráfico de Llanera José Ramón Rico y Juan Claudio Marañón, tardaron solo «unos cinco minutos» en llegar al puente, sobre la AS-II, donde una mujer, ... de 24 años y sentada en la barandilla, amenazaba con precipitarse. Lograron rescatarla y poner a salvo su vida.
Eran las 20.45 horas del pasado martes cuando la Benemérita recibió el aviso. «Vinimos lo más rápido que pudimos», aseguró Marañón. Les habían informado que habían visto a una mujer sentada en la barandilla «con lo que parecían claras intenciones de arrojarse al vacío». Así era. Al llegar, «vimos a una joven que tenía una actitud clara de precipitarse».
Los agentes se situaron en el arcén de la AS-II, en el punto kilométrico 10.800, por lo que no fue necesario detener el tráfico para tratar de entablar conversación con la joven y «persuadirla para que no se tirara», relataron. «Parecía absorta, como que no reaccionaba muy bien a lo que le decíamos», prosiguió Marañón. Tomaron entonces la decisión de acercarse. El agente José Ramón Rico fue el encargado de hacerlo. Trepó por el talud lateral de la autovía, saltó el vallado de seguridad -lo que le provocó una herida en el brazo-; y logró llegar arriba rápidamente. Llamó la atención de la chica para que apartara la vista de la autopista, pero «me miraba de manera extraña, dubitativa, temblorosa», relató. Pero entonces, algo cambió: «empezó a interactuar conmigo, logré acercarme más, la cogí y la saqué a una zona de seguridad», declaró el agente. Habían conseguido rescatarla. Acto seguido, los agentes de Tráfico la trasladaron a una ambulancia, añadió Antonio Cabases. «Hablamos con ella e intentamos tranquilizarla», dijo.
No es la primera vez que estos agentes viven una situación similar. «En mi caso siempre han acabado bien, pero no es siempre así», comentó Marañón. «Yo es la segunda vez que me enfrento a esta situación, la anterior no tuvo este desenlace», lamentó Rico. En esa ocasión «no tuvimos tiempo ni de interactuar».
En este rescate, pasado el susto inicial, observaron que la mujer respondía bien, «si no hubiera sido así, rápidamente habrían avisado a los negociadores que son los que están más especializados en este tipo de intervenciones», puntualizó el capitán Juan Antonio Pascual Sevillano. Pero están preparados para enfrentar este tipo de situaciones y «mantener la calma», algo básico, añadieron. «La Guardia Civil nos da charlas periódicas y vienen muy bien porque tienes más empatía con las personas, te intentas poner más en su lugar y puedes tranquilizarlas», concluyó Marañón.
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