«No estamos en contra de los jóvenes, pero sí del botellón, la suciedad y la anarquía»

Uno de los principales afectados es José Manuel Rodríguez, quien tiene la vivienda de su madre a escasos metros del aparcamiento. En sus 70 años de vida no recuerda ver tal «desfase» en una zona pública: «Estamos hablando de que se tiran voladores; por la mañana encontramos condones y de que se han quemado contenedores enfrente de nuestras viviendas». En su opinión, el problema de que no se frenen este tipo de prácticas es que El Carbayu se convierta en un lugar de referencia al que acuda la juventud cuando cierren los negocios hosteleros. Es por eso que, en aras de evitar un mal mayor en el futuro solicita al equipo de gobierno local sierense que «aumente» la presencia policial.

«Las continuas carreras de coches nocturnas» también las vive en primera persona Noelia Fernández, quien asegura que ya se ha corrido la voz de que la zona es segura para realizar botellones. «Hemos visto bajar muchos taxis de Oviedo», lamenta. No es el único perjuicio que le causa la fiesta ya que al día siguiente tiene que ponerse a recoger, junto al resto de vecinos, los restos de basura originada durante la noche. «La suciedad es tremenda y, claro, la situación nos genera inseguridad».

Apoyo de la oposición

Los grupos municipales del Partido Popular; Ciudadanos e Izquierda Unida también acudieron ayer al parque lugonense para mostrar su apoyo a los vecinos. En palabras de la edil, Jesusa Oliva, el PP lleva reclamando durante varias sesiones plenarias una reunión de la Junta de Seguridad: «Si faltan policías tendremos que abrir plazas para más». En la misma línea se encuentra la portavoz de Ciudadanos, Patricia Martín, que fue aún más dura con la gestión del equipo de gobierno: «El problema del alcalde con la Policía no lo pueden pagar los vecinos».

Por último, Tarik Vázquez, de Izquierda Unida, manifestó el descontento de su formación con la actitud de los socialistas y propuso, como solución, el cierre total del parque o la contratación de un guarda. «Se está criminalizando a los jóvenes cuando, en nuestra opinión, lo que deberíamos ofrecerles son alternativas», matizó.