«Llevamos muchos años viviendo con miedo en nuestras propias casas»

Dicen los vecinos de los bloques cercanos al número 62 que llevan más de seis años lidiando con los grupos de personas que van rotándose para mantener este edificio okupado. «Se preocupan por no dejarlo vacío mucho más de un día, casi ni eso, para que los propietarios no puedan hacer nada. La Policía viene, les presiona un poco y les da el aviso de que tienen que irse, pero rápidamente llega otro grupo», explica una vecina, que añade que «hay quienes dan un poco más de miedo que otros; con alguno prefiero ni cruzarme», abunda.

«No es que sean peligrosos, o que la sensación que den sea esa, pero sí hacen sentir incómodo a uno y hay veces que tienen ciertos arranques violentos que nunca sabes cuándo van a llegar», añade otro vecino. Problemas con ruidos, música alta, y alguna que otra amenaza han derivado en una sensación de tensión en inseguridad que ha provocado que muchos de estos residentes hayan optado por acudir a la Policía para denunciar en varias ocasiones. «Tanto la Policía Local como la Nacional están al tanto, porque me consta que deben llevar ya en torno a las cincuenta denuncias. Yo, por ejemplo, he puesto seis. El problema es que ellos no pueden hacer mucho más que darles el toque», expresan.

Uno de los vecinos que se decidió a denunciar afirma que uno de los grupos que okuparon la vivienda en dicho momento destrozó su puerta. «Creo que venían afectados por las drogas, pero la tomaron a patadas con mi puerta y la destrozaron. Los problemas con el tema de las drogas también son bastante recurrentes», detallan y califican la situación como «insostenible». «Llevamos muchos años viviendo con miedo en nuestras propias casas, no puede ser que estemos así porque a esta gente se le haya metido entre ceja y ceja que tienen que vivir en este edificio».

En ese sentido, los vecinos están agradecidos a la «ayuda» que tanto la Policía Nacional como la Local les han prestado en diferentes situaciones, aunque les gustaría que por parte del Ayuntamiento intentasen colaborar para poner una solución definitiva. «Le pasan la pelota a la Policía y a los propietarios del edificio, pero no resolvemos nada con eso», denuncian. Sobre los propietarios, señalan las mismas fuentes vecinales, «ellos siempre dan la cara, intentan solucionar las cosas y saben que esto es un incordio para todos, pero están atados de pies y manos tal y como está la ley ahora mismo», exponen los residentes.

Ya que los okupas se aprovecharon de que el edificio estaba vacío para entrar, los vecinos critican que aunque los dueños quieren echarlos, «parece que tienen más potestad los okupas que el dueño», lamentan. «Con el incendio, que salían las llamas por la ventana, podría haber sido una justificación para el tapiado de la casa, pero siempre hay alguien dentro» y, por lo pronto, aún no se ha hecho. En total, ya han pasado seis años y las comunidades cercanas están hartas, por lo que exigen a las autoridades competentes que pongan solución al problema de una vez por todas.