«Si me llega a dar un poco más fuerte con la hoz, me hubiese matado»

Con todo, tuvo suerte. Como secuelas cuenta trece grapas en la cabeza, pero ya ha regresado a su vivienda, mientras que su presunto atacante quedó ayer en libertad con medidas cautelares, una orden de alejamiento, tras pasar una noche en los calabozos.

«Si me llega a dar un poco más fuerte o con el pico de la hoz, me hubiese matado», aseguró Díaz, quien mostró a este diario dónde sucedieron los hechos: «Soy muy afortunado al poder encontrarme ya en mi casa», insistió. El golpe le ocasionó la pérdida momentánea del conocimiento, además de una gran brecha en la parte posterior de su cabeza de la que brotaron «grandes cantidades» de sangre.

Fuentes cercanas a la víctima, corroboraron que entre las dos familias afectadas existe un conflicto por la propiedad de un medianero, que separa sus dos fincas, y que dura «más de cuarenta años». «Fue un ataque por sorpresa y a traición», insistió Díaz, quien no se dio cuenta de lo que había pasado hasta que recuperó «la consciencia» y comprobó que tenía la camiseta «completamente llena de sangre».

Al verle, su pareja pensó «que le había dado un mareo y se había caído contra el muro», pero fue él mismo le confirmó la agresión de su vecino. «Estaba todo perdido de sangre», por lo que llamaron a una ambulancia. Antes de trasladarle al Hospital Valle del Nalón, en el concejo de Langreo, pusieron los hechos en conocimiento de la Guardia Civil, que acudió hasta el lugar del suceso y detuvo al presunto agresor, al que terminó pasando la noche en el cuartel de Sama antes de pasar a disposición judicial en los Juzgados de Pola de Siero, pasadas las doce del mediodía de ayer.

La víctima tendrá que volver hoy al hospital para asegurarse de que la herida evoluciona favorablemente. Una rutina que tendrá que realizar hasta que, definitivamente, tenga curada la herida.