El acusado, durante el juicio. JOSE VALLINA

«El golpe me dejó sin visión en un ojo y ahora tengo miedo en los pasos de cebra»

La Fiscalía solicita una pena de diez años de prisión para el acusado de haber propinado un puñetazo en la cara a un vecino de Lugones tras una disputa de tráfico

JUAN VEGA

Lunes, 31 de enero 2022, 13:56

«El golpe me dejó sin visión en un ojo y ahora tengo miedo en los pasos de cebra». Es el testimonio de M. P. G, el hombre de 58 años que perdió un ojo, el año pasado en Lugones, tras ser agredido por un ... joven de 28 años, J. A. C. L., después de una disputa de tráfico en una de las principales calles de la localidad. Esta mañana, los dos han prestado declaración en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Oviedo. El fiscal pide para el acusado una pena de diez años por un delito de lesiones. El caso quedo visto para sentencia.

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Durante la vista, el acusado reconoció haber cometido la agresión, pero se limitó únicamente a responder las preguntas de su abogado, Ricardo Álvarez. «Reconoce haber pegado el puñetazo, nada más», detallo el letrado, quien solicitó una reducción de la pena hasta los nueve meses de prisión y basó el grueso de su defensa en demostrar los problemas mentales de su cliente, que sí ejerció su derecho a la última palabra: «Desde el primer momento dije que estaba arrepentido; ojalá haber perdido yo el ojo».

En su versión de los hechos, la víctima detalló que la discusión de tráfico se produjo después de que J. A. C. L., tomase una curva «a gran velocidad» invadiendo su carril en una intersección entre dos calles. «Me dijo si tenía que bajarse del coche para explicármelo», relató. Fue entonces cuando, en unos pocos segundos, se produjo la agresión en la que el acusado le propino un puñetazo que le dejó «en shock» y tumbado en el suelo.

La secuencia fue grabada en video por un vecino que pasaba por allí. Preguntado por el Ministerio Fiscal aseguró que, sin conocerlos, presenció como el hombre más joven abofeteó al de más edad, aun estando dentro del vehículo. «Luego salió del coche y se pegaron», dijo. «¿Cómo que se pegaron?», replicó el Fiscal. A lo que el testigo respondió: «Bueno, perdón, J. A. C. L., le hizo así (con gestos de boxeo) y luego le pegó un puñetazo». «Eso es diferente», zanjó el fiscal.

El golpe le ocasionó a M. P. G una lesión grave en el ojo y fue necesario su traslado de urgencia al Hospital Universitario Central de Asturias. Desde entonces, explicó, su vida ha dado un giro de 180 grados: «Ya no puedo hacer lo que hacía antes, soy delineante y tengo un plan de suspensión individual». Además, incidió «he rallado el coche tres veces porque no soy capaz de calcular las distancias».

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La celebración de la vista oral también recogió el testimonio de la hija de la víctima, que se encontraba con él en el momento de la agresión. Desde que todo se precipito en enero del año pasado, aseguró que el carácter de su padre ha cambiado mucho y que es habitual que adopte una «actitud defensiva» ante las situaciones más cotidianas. «Está bastante bajo de ánimos y me da miedo que caiga en depresión; yo hay veces que salgo a la calle y tengo miedo de que pase algo similar, por lo que no me imagino cómo estará él», lamentó.

Por último, la Fiscalía, además de la pena de prisión solicitó que el procesado indemnice a M. P. G. con 5.570 euros por las lesiones causadas; 1.600 euros por la intervención quirúrgica; 59.200 euros por las secuelas y 13.700 euros por las futuras intervenciones a las que deberá someterse. El juicio quedó visto para sentencia.

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