Los jóvenes ambientan la tarde de Güevos Pintos

A pesar de alguna que otra cancelación para las comidas y cenas motivadas por la mala previsión climática, en la sidrería El Madreñeru no hubo un momento de tranquilidad desde la hora del vermut. «Tanto para comer como para cenar hay reservas, y a pesar del tiempo hemos servido de continuo», expresó el gerente, Michel González. En su terraza, Miguel Gómez y Fernando Parra afirmaron llevar horas ocupando la misma mesa porque «hay más ganas de celebrar Güevos Pintos que de irnos a casa. Aprovecharemos para cenar si tienen un hueco para nosotros». A pesar de ello en la sidrería cuentan con pasar una noche más relajada que la de sus vecinos de El Mini, donde cientos de jóvenes se agolpan para celebrar el día, consumición en mano, y disfrutando de la música.

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«Siendo sinceros, seguramente en otras circustancias, o si no fuese Güevos Pintos, con un dia como el de hoy nos hubiésemos quedado en casa, pero está todo muy bien montado, y todos teníamos muchas ganas de salir ya», argumentó la polesa María Fernández, que disfrutaba con sus amigas en una de las carpas instaladas en la plaza.

«Viendo la previsión de tiempo, quisimos curarnos de espanto y por eso invertimos en las carpas, para que el agua no nos estropease el día. La jugada nos ha salido redonda porque desde la barra no he visto un hueco vacío en todo el día», detalló su gerente, Adrián Álvarez.