El Caballero Oscuro, como se le conoce de forma cariñosa en el Campeonato Oficial, volvió este domingo a demostrar su elegancia en el arte de escanciar y dió una clase de maestría en el concurso de Nava, que celebró su trigésimo primera edición. Vencedor ... en 2015 y 2016, el año pasado su actuación lo relegó al quinto puesto, pero Salvador Ondó, de Sidrerías El Mallu, no es de los que se amedrenta y cuando le llegó el turno en la prueba puso de nuevo toda la carne en el asador.
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El jurado le otorgó 126,80 puntos, por lo que además de proclamarlo ganador, también lo colocó como líder provisional de la clasificación general. «Cualquier escanciador sabe que el concurso de Nava es el más importante, salí a hacer un buen papel y tengo la suerte de tener como compañeros de trabajo a dos campeones de Asturias que me aprietan las tuercas para no bajar el nivel», señaló. Él también puede presumir de campeonatos, tiene tres, el último el del pasado año. Asimismo, agradeció a sus jefes las facilidades para participar en todas las pruebas «sin poner ningún problema».
Ondó, natural de Guinea Ecuatorial y afincado en Asturias desde hace veintitrés años, también aprovechó su triunfo para lanzar un mensaje reivindicativo. «Tenemos que promocionar la sidra como algo nuestro, no importa de dónde seas, Asturias puede presumir de que es multicultural y el papel de los escanciadores profesionales, de los que el ochenta por ciento son de fuera, es muy importante», apuntó. En cuanto a su trayectoria, destacó que «quiero que el día de mañana me recuerden como un buen escanciador».
A Ondó le siguieron en la clasificación Alejandro Morillo, con 125,25 puntos y Jonathan Trabanco, con 125,20; ambos de la sidrería Los Portales de Jaminón, de La Pola. Precisamente Trabanco es uno de los rivales que más preocupan al vigente campeón. «Este año lo veo más peligroso, tanto él como Jeison Franco, con el que hasta ahora estaba empatado, son dos escanciadores muy fuertes», reconoció. Completaron la clasificación Marcos Ramos, Pablo Álvarez, Alberto Truchado, Jeison Franco, Wilikin Aquiles, Henry González, Junior da Silva, Héctor Prieto, Rubén Campa, Humberto Rey y Moisés Martínez.
Por su parte, en la categoría local, Saúl Moro, de la sidrería Prida, volvió a alzarse con el primer puesto tras obtener 115,85 puntos. «Nava es el concurso por excelencia, donde más nerviosa está la gente y en el que el nivel de escanciado es más alto; estamos en la Villa de la Sidra y tiene que notarse», comentó. Asimismo destacó el número de participantes locales, seis, entre los que se encontraba el alcalde de Nava, Juan Cañal. «Lo había prometido y ha sido una experiencia muy buena, ahora voy a entrenar para ganar el año que viene», bromeó. El regidor animó también a los navetos a participar en próximas ediciones.
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Otra de las curiosidades de la prueba fue la asistencia de un participante vestido con pantalón corto. «El concurso es un reflejo de lo que se hace detrás de una barra, por lo tanto, habrá penalización», observó de forma contundente el coordinador del campeonato, Enrique Tuya. En total se midieron sobre el escenario treinta y cinco escanciadores.
Pero, sin duda, la anécdota del día la protagonizó Héctor Prieto, de la sidrería gijonesa La Montera Picona. Presente en el certamen desde hace un par de años, acudió vestido de novio, chaleco y corbata incluidos. «Le había prometido al jefe que aunque el concurso fuera al día siguiente de mi boda, que participaba y, que si hacía falta, venía con el traje», apuntó acompañado de de su ya mujer, Miriam Menéndez.
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