pablo antón marín estrada
Domingo, 14 de julio 2019, 02:24
Las ganas de pasárselo bien pudieron más que la sidra y el caldo tradicional volvió ayer a alegrar cientos de 'gargüelos' en Nava durante la jornada grande de su XLII Festival. Devotos del mosto de la manzana y de la folixa de toda Asturias ... llenaron las calles de la villa llagarera desde primeras horas de la mañana hasta bien entrada la madrugada disfrutando de las distintas actividades programadas: música y baile del país, degustaciones de productos gastronómicos del concejo y, especialmente, del momento estrella del día, con la espicha de las ocho pipas repartidas por otros tantos puntos del casco urbano y el escanciado a mansalva de culinos hasta el último sorbo de los toneles. El pregón de la periodista Susana Hevia y el palmarés con los mejores caldos de la región completaron la fiesta que hoy tendrá su broche final con el Concurso Internacional de Escanciadores de Sidra.
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El tradicional mercado semanal de la villa naveta y los sones de las gaitas y tambores de los Gaiteros del Nalón animaron desde muy temprano el ambiente para goce de vecinos y visitantes que pudieron entonar sus estómagos a lo largo de una calurosa y soleada mañana en la proximidades del Museo de la Sidra con los bocados de tortos, quesos, embutidos o dulces y la prueba de palos sidreros elaborados por productores locales. Mientras, en los soportales del Ayuntamiento, se decidía qué caldo natural de Asturias y de Nava se llevaba la palma. Y, para desactivar cualquier prurito de prejuicios localistas en este negocio de todos que es nuestra bebida regional, la Buena Cofradía de los Siceratores de Asturias convocaba un acto de hermanamiento entre llagares de las distintas zonas sidreras del Principado.
Todo fue bien hasta que a media tarde, a medida que se iba acercando la hora de la entrega de premios y el pregón, las nubes comenzaron a oscurecer el cielo naveto y, mientras los roncones de los Gaiteros del Nalón se alzaban en el centro de la plaza Manuel Uría con sus sones, aparecían las primeras ráfagas de orbayu. Fueron apenas cuatro gotas que no parecieron causar demasiada alarma entre quienes habían acudido hasta la villa para vivir la folixa con todo el alma. Era el caso de un grupo de jóvenes llegados de Santander y de muchos de diversas procedencias: Vioño, Piélago, Badajoz, Burgos o Bérgamo (Italia) o Bélgica. Con las camisetas y pañuelos oficiales del festival sirviéndoles de 'detente agua', cuatro chicas navetas, Paula, Carla, Ángela y Rocío, se crecían ante la progresiva conversión del orpín en auténtico chubasco. «Lo vamos a pasar bien igual», declaraban al unísono.
En el balcón del Ayuntamiento, el saludo del nuevo alcalde de Nava, Juan Cañal, se retrasaba a la espera de que remitiese la lluvia, mientras la plaza del Consistorio se llenaba de paraguas y chubasqueros. La borrasca lejos de arreciar, aumentaba por momentos y finalmente el edil se decidió a salir, recordar el medio siglo de la fiesta y lanzar sus «Puxa Nava», «Puxa la sidra» y «Puxa Asturies», para dar paso a la entrega de premios. Orizón se llevaría el correspondiente a la mejor sidra elaborada en el concejo y Val de Boides, de Sidra Castañón, el del mejor caldo natural de Asturias.
Seguía lloviendo sin parar cuando la naveta periodista Susana Hevia se asomó para pronunciar su pregón. Sus primeras palabras para acordarse de la mala intención de la climatología –¡Mira que no tuvo tiempu!»– y agradecer a sus convecinos por «tar ahí aguantando el chaparrón». Con sus padres Alicia y Ladio, en primera fila, protegidos por sendos impermeables, la pregonera se emocionó por estar viviendo aquel momento –«la RAE tendría que crear un término para expresar lo que estoy sintiendo ahora mismo»– y pidió a todos sus paisanos que la ayudaran «a escanciar esti pregonín». Tras la emotiva invitación a disfrutar de la folixa de Hevia, llegaría el chupinazo que abría la espita de la Ruta de la Sidra y los ocho toneles llamando a trasegar sus palos. Y, a los pocos minutos, el Nuberu, señor de los orbayos y las borracas, mandó cerrar los grifos del cielo para que los mortales disfrutasen de los grifos de la tierra con la bendita sidra naveta.
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Mejor sidra natural de Asturias Val de Boides (Villaviciosa)
Mejor sidra natural elaborada en Nava Orizón.
Mejor sidra de nueva expresión 'Españar', de Martínez Sopeña Hermanos (Villaviciosa).
Mejor sidra espumosa, categoría seca 'Riestra', de Sidra Riestra (Sariego).
Mejor sidra espumosa, categoría heterogénea 'M. Norniella', de Macrile S. L. (Gijón).
Mejor sidra de hielo 'Valverán', de Sidra Masaveu (Sariego).
Mejor sidra rosada 'Pumar Rosé', de Llagar Viuda de Angelón (Nava).
Mejor sidra 1/3 ' El Gaitero', de Valle, Ballina y Fernández (Villaviciosa).
Mejor aperitivo 'Roxmut', de Sidra Castañón (Villaviciosa).
Mejor aguardiente 'Salvador del Obispo', de Casería San Juan del Obispo (Siero)
Mejor vinagre 'Camín', de Lagares Asturianos (Gijón).
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