Fernando Ruiz, «eterno defensor del folclore astur»

Los elogios al «eterno defensor» del folclore asturiano no faltaron en ningún momento. Minutos antes del inicio de la gala homenaje, que se prolongó durante tres horas, el presidente de AICA, José María Montes, recordó con mucho cariño el tremendo impacto que Ruiz tuvo en la cultura, durante su época como presentador: «Fue el corazón, el alma y la vida del concurso de EL COMERCIO». También quiso destacar la pasión del gijonés por la tradición folclórica le «viene de cuna», desde que nació en Gijón hace casi 87 años.

Un hecho que el propio Ruiz se encargó de recordar, durante su ronda de agradecimientos. «Empecé con el baile a los nueve años y ahora aquí estamos», dijo visiblemente emocionado. Desde entonces no ha dejado de formarse en casi todos los ámbitos del folclore, como el teatro. En todos menos para el que ejerció como presentador. «No canto ni las cuarenta cuando tengo el caballo y el rey», bromeó ante los asistentes. «Quiero agradecer a todos los que ayudaron a que la asociación saliese adelante, pero, sobre todo, quiero tener una mención especial para el público ya que, pienso, que sin vosotros no somos nada», aseguró. La ovación fue atronadora.

El resto de homenajeados, de este año y del anterior, fueron, a título póstumo, el conocido cantante Vital Noval, quien falleció a finales de 2019. «Tuvimos la suerte de escuchar excelsa voz de barítono, a lo largo de todo el Principado», dijo Julio Cesar Baragaño, el presentador, antes de que su esposa subiese al escenario a recoger el detalle para los homenajeados. También recogieron el premio de este 2021, Jesusa Álvarez, 'Chucha de Nembra', y El Ayuntamiento de Siero, a través de su Fundación Municipal de Cultura.

Y es que Ruiz siempre ha sido, en su afán por dejar constancia de todos aquellos que han tejido la tradición asturiana, un gran coleccionista. Uno que se ha quedado «algo desnudo», al trasladar sus preciadas posesiones al Muséu del Pueblu d'Asturies, «porque conmigo no teníen más recorrido». Algo que dejó patente durante la ronda de homenajes ya que, de manera espontánea, entregó a la asociación un libro biográfico suyo y tres tomos que recogen la totalidad de la historia del concurso, desde su primera edición a mediados de los setenta. «Quiero que lo tenga AICA para que pueda servir de información», dijo. También quiso recompensar al presidente con una de las 61 piezas de artesanía que elaboró, en los últimos tiempos, consistente en un cuadro de la Cruz de la Victoria, elaborado con corchos de sidra usados. «No son todos míos, eh», dijo en tono de broma.

La XXXI edición del Día de la Canción Asturiana dejó ayer claro en Siero que el folclore y la tradición aún siguen muy vivos en el Principado. Y es que la eterna demanda del colectivo de la canción, que busca perpetuarse, también recibió un impulso con la actuación de las jóvenes promesas, que se sumaron al amplio elenco de artistas invitados.