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JOSÉ CEZÓN
BIMENES.
Sábado, 16 de enero 2021, 02:21
El primer atleta olímpico asturiano, el yerbato Melanio Asensio Montes, falleció anteayer a los 84 años de edad en su domicilio de Oviedo. Su muerte se produce en plena tramitación de un reconocimiento como hijo predilecto por parte del Ayuntamiento de Bimenes. El alcalde, ... Aitor García, anunció ayer que Asensio dará nombre al polideportivo municipal de San Julián.
El funeral será hoy, a las 17 horas, en la iglesia parroquial de San Pablo de La Argañosa. Y, acto seguido, será incinerado en el tanatorio Los Arenales. Sus cenizas serán depositadas en la intimidad en el columbario familiar de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen. La capilla ardiente está instalada en la sala 7 del tanatorio de Los Arenales, de Oviedo.
Melanio Asensio nació en Suares en 1936 y se trasladó a Madrid a estudiar aparejador, aunque sin demasiados progresos. Cuentan que no pasó del primer curso, porque sus aficiones eran la velocidad y la fiesta. Estuvo un breve período en la residencia Blume y después fichó por la sección de atletismo del Real Madrid, que era la más prestigiosa de aquella época. Fue plusmarquista nacional en la distancia de 100 y 200 metros lisos en la década de los cincuenta y principios de los sesenta. Fue 35 veces internacional y participó en los Juegos Olímpicos de Roma en 1960, donde logró un meritorio quinto puesto en la prueba de los 200 metros. El cronista oficial de Bimenes, Luis Miguel Montes, relata que en la villa olímpica romana tuvo ocasión de conocer al legendario boxeador Cassius Clay, quien le gastó alguna broma y le firmó un autógrafo.
Una inoportuna lesión a un mes de las siguientes olimpiadas, le impidió participar en la cita de Tokio de 1964. Pero sí pudo asistir como espectador, gracias a que el ilustre presidente madridista Santiago Bernabeu le pagó el viaje de su bolsillo proclamando que el mejor atleta español «no podía quedar en tierra», según comenta Montes. Otra curiosidad fue que Asensio se convirtió en el primer corredor patrio al que le hicieron un cronometraje electrónico, en vez del manual de aquel entonces.
«Fue todo un personaje, bohemio, una figura dentro y fuera de la pista», prosigue el cronista, quien ruega al Ayuntamiento que no se olvide del nombramiento de hijo predilecto de Bimenes, aunque ya tenga que ser a título póstumo. La única distinción que recibió en vida en su concejo fue el premio de la asociación San Diego La Fontanina. Asensio era también un apasionado de los caballos y de la pintura.
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