Fallece Víctor Cueva, fundador y director del Colegio École durante 40 años

La familia del Colegio École pierde a una de sus figuras más emblemáticas. Víctor Cueva, fundador y director del centro durante más de cuatro décadas, falleció a los 80 años de edad. Su vida profesional siempre estuvo ligada a la educación y sus seres queridos le recuerdan como una persona avanzada a su tiempo que tenía como objetivo «trabajar por la inclusión educativa y dar oportunidades a todo el mundo». De hecho, además de sus funciones en el École, daba clases de manera altruista.

Su funeral se celebrará hoy a las cinco de la tarde en la iglesia parroquial de San Martín de Cayés, en Llanera.

Nació en el seno de una familia humilde del concejo de Llanera. En la Venta del Gallo, muy cerca de la ubicación actual del colegio, dio sus primeros pasos. Desde joven tenía claro que quería dedicarse a la docencia y mientras se encontraba cursando sus estudios universitarios impartió clases en la Academia San José de Lugones. Poco tiempo más tarde conocería al amor de su vida, María Elena López, con quien tuvo cuatro hijos y pasaría el resto de sus días. «Era una persona muy cariñosa; familiar y amante de la naturaleza», recuerda su esposa, con cariño

El inicio de la década de los 70 le llevó a tomar la decisión de abrir su propio centro escolar, junto a dos socios y amigos. Escogió la capital del Principado como principal emplazamiento, concretamente la plaza de la Paz, para inaugurar el colegio École Maternelle Française, un centro bilingüe en francés. «Este año se cumplen cincuenta de su inauguración y él tenía mucha ilusión por celebrarlo», explica su hija y actual directora del centro, María Elena Cueva.

El éxito de su modelo educativo llevó a que las instalaciones ovetenses se quedasen pequeñas en menos de una década. Decidió, entonces, retornar a sus orígenes y establecer la nueva sede escolar en una gran finca de la localidad llanerense de Santa Rosa, en donde comenzó su andadura en 1983. «Allí se le cambió el nombre al actual; la nueva localización tuvo muy buena acogida entre los padres y se comenzaron a matricular muchos más alumnos», detalla su hija.

Su gran apoyo educativo en el centro, durante sus cuarenta años como director, fue Maribel Rubio, que le acompañó hasta su retirada oficial en 2006. En ese momento cedió el testigo del centro a su hija María Elena, quien recuerda que su padre siempre le decía que el colegio era «su quinto hijo». Su marcha solo fue testimonial ya que continuó vinculado a todas las actividades culturales del centro, que el año pasado inauguró un salón de actos, en el polideportivo, con su nombre.

A pesar de que nunca ejerció como baloncestista, apostó por el baloncesto y el atletismo como deportes principales para el centro, a diferencia del resto donde primaba el fútbol, ya que consideraba que sus valores de compañerismo y dedicación «estaban representados en estos deportes». Su implicación fue total y acompañó al equipo por toda la geografía española, cuando consiguieron llegar a la Liga EBA. Otra de sus grandes apuestas educativas está relacionada directamente con el cuidado de la naturaleza y por eso también escogió la ubicación del centro, en un entorno que aún mantiene la flora que presentaba hace medio siglo.

Su vida también estuvo marcada por la constante aparición de problemas coronarios, obligándole a pasar varias veces por el quirófano en el HUCA. «Quiero dar las gracias al equipo de cardiología porque sus intervenciones le dieron diez años más de vida, un tiempo que invirtió al máximo con su familia», agradeció Cueva.

La familia del Colegio École pierde a una de sus figuras más emblemáticas, que dedicó su vida a «mejorar la educación» y que estableció las bases del proyecto educativo identificativo del centro: Una educación multilingüe, en un entorno natural privilegiado.

• Temas
• Principado de Asturias