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M. RIVERO
LUGONES.
Viernes, 15 de octubre 2021, 01:29
«Empresario insaciable, incansable emprendedor, buena persona, querido por sus empleados, clientes y proveedores». Así era Jesús Castro Alonso en palabras de su hijo Basilio Castro. El presidente de Congelados Basilio falleció ayer en su casa de Paraes, en Nava, a los 85 años.
Jubilado desde hace dos décadas, fue el impulsor de muchos de los procesos que han convertido a Congelados Basilio -fundada por su padre-, en un referente de los derivados del mar y la congelación de alimentos. «Cuando tomó las riendas de la empresa, su visión de futuro hizo que esta se convirtiera en pionera e impulsora de multitud de procesos, tratamientos y elaboración de productos alimenticios», recordó su compañero Lluis Ánxel Núñez.
La creación de los primeros acuarios, la construcción del primer frigorífico industrial de Asturias -en Lugones, donde sigue actualmente ampliando y modernizando sus instalaciones-, el desarrollo de los principales procesos de congelación, la materialización de nuevos productos congelados y nuevas presentaciones de los tradicionales, la utilización de vehículos frigoríficos para la distribución a la hostelería y a los clientes particulares en pueblos de difícil acceso son solo algunos de los hitos de Castro. Gracias a estos avances, la factoría llegó a tener más de medio centenar de tiendas de venta al público y más de 150 familias trabajando.
«Ahora se importa y exporta por todo el mundo, quién se lo iba a decir a mi abuelo y ahora a mi padre, que se jubiló hace ya veinte años», comentó con pena su hijo Basilio.
El alcalde de Siero, Ángel García, lamentó la «gran pérdida». Jesús Castro fue «un impulsor empresarial en Asturias y supuso una gran aportación para el desarrollo económico» del concejo en el que la familia decidió echar raíces profesionalmente.
El amor por el mar le venía de familia. Nació en 1936 en un pueblo de Astorga, pero se mudó a Oviedo con tan solo seis años. Desde entonces se dedicó al pescado, repartiendo en bici todas las madrugadas. Su padre, Basilio, ya se dedicaba al este negocio desde principios de siglo. Abrió su primera pescadería en El Fontán y la primera cetárea de mariscos vivos de Asturias en Cimadevilla, también en Oviedo. Casado con Ernestina Fernández Villar, fue padre de cuatro hijos, María Jesús, Fernando, Basilio y Mar, quienes continúan con su legado.
José Castro, director general de Friobás, lamentó ayer la pérdida de su hermano. Una despedida que para él «no tenía que haber sido, pero es lo que hay». «Era un hombre trabajador, viene de una empresa centenaria, era una buena persona y un hombre muy todo. Era mi hermano, el único que tengo, viene de la sangre de mi padre y como yo digo si viene de ahí es bueno», aseguró con melancolía.
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