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JUAN VEGA
SIERO.
Domingo, 24 de enero 2021, 01:45
El corazón del revolucionario que cambió Cuba por Asturias se paró el pasado jueves. Antonio Pedroso Autlet, que ejercía como hospitalero voluntario en el albergue de peregrinos de Pola de Siero, falleció de manera repentina a los 83 años. «Era una persona ... muy humilde que gozaba de una capacidad de síntesis y recreación histórica envidiable». Son palabras del presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Siero, Noreña y Sariego, Manuel Jesús Samartino, quien recuerda con cariño las historias del cubano que dejaban «ensimismados» a los peregrinos que pasaban por la Casona de San Miguel.
Las vivencias más intensas de Pedroso son literalmente de otro siglo. Por convicción política tomó su fusil y decidió unirse en su juventud al movimiento revolucionario, dirigido por Fidel Castro, que consiguió derrocar al dictador Fulgencio Batista en 1959, tras seis años de derramamiento de sangre en la pequeña isla caribeña. «Era tan humilde que nunca te sacaba ese tema de conversación», indica Samartino. Sus ansias revolucionarias pasaron a otro plano tras conocer al amor de su vida, María Antonieta García, natural de Sevares (Piloña), con quien, primero, se mudaría a Estados Unidos y finalmente terminaría estableciéndose en el Principado en 2005.
Una vez en Asturias, ingresó en la Asociación de Amigos del Camino de Santiago y se involucró de manera especial en la Casona de San Miguel, donde era el encargado de abrir y cerrar el albergue. «Como buen cubano, el mejor regalo que le podías hacer era invitarle a un 'muchito' de ron y a un buen habano», coinciden sus seres queridos.
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