Desmantelan el primer laboratorio de resina de cannabis de Asturias en Grado

El cultivo estaba dispuesto en las diferentes estancias del inmueble, en función del grado de desarrollo de las plantas, además contaba con un secadero de grandes dimensiones, donde se disponía la sustancia en su último estado previo al consumo, método que, según la Policía, se sigue habitualmente para que la producción sea constante, y se puedan solapar la siembra y recogida de cada cosecha. El inmueble contaba con un laboratorio para la extracción, tratamiento y procesamiento de la resina de cannabis, sustancias que, una vez modificadas, alcanzan unos grados de concentración de cannabinoides muy superiores a los que se encuentran en la sustancia en su estado original, hecho que provoca que los efectos se potencien, alcanzando un alto precio de mercado.

El grupo de Estupefacientes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de Oviedo llevó a cabo la operación después de que se observara la existencia de un «notable incremento» en el consumo de esta sustancia. La Policía halló en la vivienda extractores, ventiladores y lámparas, que eran accionados a través de la desviación del alumbrado público, mediante un rudimentario cuadro eléctrico.

La Policía Nacional también indicó que el laboratorio estaba diseñado para la producción de las conocidas como BHO (Butan Hash Oil), una extracción de marihuana que se ha vuelto muy popular en los últimos años, debido a sus altos niveles de cannabinoides, ya que puede llegar a superar el 90% de tetrahidrocannabinol (THC), siendo el concentrado más potente de marihuana que existe. Con la desarticulación de este centro de cultivo y tratamiento de resina de cannabis, se ha detectado el primer laboratorio de estas características en la región.

La zona central del Principado de Asturias ya fue testigo, en otras ocasiones, de intervenciones policiales para incautar grandes cantidades de sustancias ilegales. En diciembre de 2018, el grupo UDYCO desmanteló otra plantación de marihuana, en una vivienda de la localidad sierense de Lugones, en la que se intervinieron un total de 1.590 plantas, más de 12 kilogramos de cannabis preparada para vender y 36 bidones de sustancia fertilizante para acelerar el crecimiento de las mismas. Además, la plantación se abastecía eléctricamente de forma fraudulenta.